
No se pueden entender las relaciones internacionales si no se conoce la historia y no se puede comprender el presente y la sociedad actual si no se conoce el origen y la evolución del comunismo durante el siglo XX. Es por eso que el Manifiesto comunista debería ser de lectura obligatoria en las escuelas y de un análisis de sus consecuencias en los institutos.
La revolución rusa de 1917 cambió la historia del mundo marcando un antes y un después. El eminente historiador Eric Hobsbawm decía que, ya en su momento, la noticia de esa revolución tuvo tal impacto que se extendió entre los pastores de Australia y los mineros de Minnesota. Iba a emerger un estado completamente nuevo con un modelo diferente ante el cual nadie quedó impasible.
Casi todos los sucesos posteriores del siglo XX tuvieron alguna conexión con aquella Revolución inspirada en las ideas comunistas de Marx. De ella surgieron partidos análogos en todos los países de Europa y movimientos nacionalistas reivindicativos de la descolonización en Asia y África. Incluso nuestra Guerra civil del 36 fue una guerra ideológica entre comunistas y anticomunistas.
Y, sin embargo, en el Manifiesto comunista, en el que a modo de introducción hay una frase que dice: un fantasma recorre Europa (es el fantasma del comunismo) se basa en una gran falsedad. Nos dice que la historia del mundo es la historia de la lucha de clases, entre opresores y oprimidos. Que no importa el momento histórico, pues siempre ha sido así. Que la burguesía que surgió al final del feudalismo eran los enemigos del proletariado, de aquellos que vendían su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Saca la conclusión que el proletariado solo podría salir de su miseria si vencía a los burgueses y se apropiaba de los medios de producción. Solo así se terminaría con la explotación del hombre por el hombre. La Revolución tenía que ser forzosa y violenta porque era la única posible.
El error de Carlos Marx es que confundió clase social con casta. De las castas no se puede salir, de la clase social sí.
También dice el Manifiesto comunista, publicado antes que El Capital, que era necesario eliminar la familia, las nacionalidades, las religiones y muchas cosas más. El libro termina con la frase: proletarios del mundo uníos y el proletariado no tiene nada que perder salvo sus cadenas.
A finales de los años 60-70 el experimento soviético fracasó, pero la gran contradicción es que “el fantasma del comunismo” del que hablaba Marx ha sobrevivido a su fracaso.
En España, pasados más de 100 del Manifiesto, los comunistas están gobernando con Pedro Sánchez.
Enrique Gómez Gonzalvo 1-05-2022 Referencia 687