La segunda época del franquismo fue de una prosperidad extraordinaria. España se había convertido en un país de pequeños propietarios con una amplia clase media, con su Seat 600, el televisor y el frigorífico, porque antes, durante la República no había nada.

Aunque se trataba de la octava potencia industrial del mundo no conocía la democracia. Había leyes que limitaban las libertades, como la libertad de prensa, la de reunión, la de asociación, además de discriminación con respecto a la mujer.
Muerto el General Franco, el mundo estaba en plena ebullición por la guerra fría. Ya en los años 60 hubo un florecimiento mundial del terrorismo y el 50-70 % de la prensa mundial estaba a favor de las Brigadas Rojas, de la banda Baader-Meinhof, de los Montoneros y del Che Guevara. Uno poco antes del fallecimiento del general, Portugal, recién salido de una dictadura parecida a la española, estuvo a punto de caer en un sistema comunista.
Los jóvenes creen que la democracia la trajo Felipe González. No es verdad. A Felipe González le dieron hecha la democracia. La democracia la trajeron los franquistas, que se pusieron de acuerdo con los comunistas. El primer presidente de la democracia fue Adolfo Suárez, que había sido Ministro Secretario Nacional del Movimiento, el partido único de la dictadura.
La transición política tuvo éxito porque ya la habían hecho las familias españolas. Durante la República, en todas casas había miembros que habían votado al bando nacional y al bando republicano, como la de Zapatero que tuvo 3 abuelos en el bando nacional y uno en el republicano.
Los españoles, como en el Himno a la Alegría, decidieron volver a ser hermanos. Se amnistiaron mutuamente y por ello fue posible una constitución de consenso que ha llegado hasta hoy.
Hubo un acuerdo de los franquistas con los comunistas. Los diputados de las cortes franquistas se disolvieron, renunciaron al sueldo y se marcharon a su casa por patriotismo. Querían iniciar una nueva vida en la que todos los españoles estarían estarían reconciliados.
Los que estaban contra Franco, que eran los comunistas, eran partidarios del socialismo, no de la democracia, pero llegaron a la conclusión de que la democracia era lo menos malo para todos. Además, entraríamos en Europa y vendría la prosperidad.
Santiago Carrillo y el rey Juan Carlos I negociaron. Carrillo aceptó la unidad de España, la bandera, el himno nacional y la monarquía. El comunista Sánchez Montero pudo felicitarse de que media España amnistiara a la otra media y que se terminara la guerra civil.
Felipe González inicialmente se opuso a la Ley de Reforma Política de Adolfo Suárez, que fue votada masivamente por el pueblo con una abstención que fue del 20 %, que descontando la abstención obligatoria se quedó en el 10 % real. A partir de ese momento, el PSOE se sumó al proyecto democrático.
Este consenso permitió la aprobación de la Constitución de 1978, que se fundamentó en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. Esta constitución es la segunda en duración, después de la de Cánovas que duró 47 años.
El resultado han sido 40 años de paz, prosperidad y bienestar. Partiendo de una renta per cápita similar a la de Grecia, actualmente la de este país es de 22.500 dólares y la de España de 30.440. Y nuestra esperanza de vida es de 83 años.
El PSOE, cuando murió Franco no existía. El PSOE de la transición fue una creación del coronel Sanmartín del CESID, que a las órdenes de Carrero Blanco, escoltó a Felipe González hasta Surenses. Allí se produjo la gran renovación del antiguo Partido Socialista. Contaron con el dinero de los sindicatos alemanes, de la CIA, de la socialdemocracia alemana y con el visto bueno de la OTAN, porque todos querían en España una izquierda razonable.
Y ahora, estos idiotas, el Partido Socialista desde Zapatero y Podemos, quieren anular la transición y volver a la guerra civil con la Ley de la Memoria Histórica y la Comisión de la verdad. Van contra la reconciliación nacional y manipulan el pasado como si solo hubiera habido un lado bueno y otro malo.
Enrique Gómez Gonzalvo 13/02/2021 Referencia 429