
Si uno se hiciera la conocida pregunta de cuando se jodió la política en España podría responderse que cuando Zapatero pensó que el enemigo no era ETA sino el Partido Popular. Fue entonces cuando el Partido Socialista, tras la segunda y tercera legislatura de Felipe González, abandonó la socialdemocracia y volvió a la guerra civil promulgando la Ley de Memoria histórica y renegando de la transición.
La socialdemocracia trata de reformar la sociedad, pero el socialismo real, es decir, el comunismo pretende crear una sociedad nueva y derribar la sociedad existente con sus estructuras de la familia, la propiedad, el municipio, la nación, la religión, la tradición, las costumbres, la monarquía y por supuesto la derecha.
Todo se ha agravado con Pedro Sánchez que ha pactado con los que quieren romper España (separatistas vascos y catalanes) y con los comunistas, cuando el hecho de ser comunista en el siglo XXI es por si mismo un delito moral grave.
Sánchez, pasando encima de los técnicos e incluso del sentido común, ha puesto la ideología y la política por encima de la salud, de la economía y de las relaciones internacionales. El resultado ha sido el fracaso absoluto en la gestión sanitaria, económica y social de la pandemia y la ruina económica que se avecina.
En el plano internacional hemos quedado aislados del mundo y de la Unión Europea. Desconfían, no de España, sino del actual gobierno con 5 ministros comunistas que crean inseguridad jurídica. Es el único país de Occidente que protege a Nicolás Maduro y el único que se ha negó a condenar en el Parlamento Europeo a los partidos comunistas, que están prohibidos en algunos países como Alemania.
Lo más grave en el plano moral ha sido negar la epidemia para que se pudiera celebrar la manifestación feminista contra el machismo el 8 de marzo y no haber protegido a los sanitarios. ¿Tienen responsabilidad los que podían haber hecho algo y no hicieron nada porque tenían otras prioridades?
En España, a diferencia de Europa no hemos tenido la suerte de que nuestro socialismo fuera moderado. Allí la socialdemocracia nunca pactó con los comunistas. En España lo hizo Largo Caballero en el 36 y lo ha vuelto a hacer Pedro Sánchez en la actualidad. Y por eso tenemos un vicepresidente del Gobierno que si unos okupas entran en tu casa sin violencia no es delito, pero… acercarse a menos de 500 metros de la suya, sí lo es. Y un Presidente de Gobierno que tras autorizar unas manifestaciones en toda España de las feministas el 8 de marzo en las que salieron a la calle 600.000 mujeres, de las que no sabemos las que habrán muerto porque las que llevaban la pancarta se contagiaron todas.
Pedo Sánchez todas, a la vuelta del verano, sin moral y sin escrúpulos, en lugar de pedir perdón, decía ¡viva el 8 de marzo!
Enrique Gómez Gonzalvo 16/02/2021 Referencia 596