No sabemos de donde sacó Ortega, el gran filósofo del siglo XX, aquello del “gran fracaso histórico”. España junto con Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y Portugal crearon la Europa actual a partir del Imperio romano y trasplantaron sus instituciones a toda América y parte de Asia, de forma que la cultura del continente americano es preferentemente española.
Adam Smith decía que “el descubrimiento de América y el paso hacia las Indias Orientales por el cabo de Buena Esperanza son los dos mayores acontecimientos registrados en la historia de la humanidad.
El imperio que construyeron los españoles en América con grupos indígenas diversos, con lenguas distintas, con religiones distintas, con cristianos, no cristianos y en proceso de cristianización en el momento de la independencia, era mucho más rico que la España peninsular.
Gran Bretaña no fue capaz de crear un imperio. Las trece colonias, cuya extensión no era mayor que media España, cuando se independizaron no habían pasado de eso, de colonias. Los ingleses no habían sido capaces de ocupar correctamente aquel territorio, de relacionarse con los pueblos indígenas, de integrar a la población. Estados Unidos y Canadá no fueron engendrados por Inglaterra. No son así por haber sido colonizadas por los ingleses, se hicieron así después de la independencia. Sus ciudades y sus instalaciones son el resultado de su propio trabajo.
Las naciones que surgieron cuando se disolvió el imperio español, eran enormemente prósperas, pero fueron perdiendo poder adquisitivo década tras década. Méjico, por ejemplo, las 90 construcciones humanas que tiene como patrimonio de la humanidad, todas fueron realizadas durante el virreinato. El fracaso de los países hispanoamericanos se produjo después de la independencia, pero no antes.
España incluso en el siglo XIX, a pesar de la decadencia, era un país muy importante junto con el Reino Unido, potencia marítima y Francia, la potencia terrestre. Alemania e Italia ni siquiera hasta finales de siglo culminaron su proces de unificación
Los españoles no somos como el resto de Europa como tampoco Francia es como Gran Bretaña ni los alemanes como los franceses. Esto es verdad, pero no hay ningún motivo para esa admiración acrítica hacia lo europeo. Ellos no representan la modernidad, no tienen un nivel superior de civilización y nosotros no estamos detrás pensando que tenemos que dar explicaciones de lo que somos.
Esto viene de la Leyenda Negra que ha presentado una imagen distorsionada y que nosotros hemos asumido, al menos en parte.
Enrique Gómez Gonzalvo 27-09-2022 Referencia 607