El hombre solamente tiene un objetivo, buscar sentido a su vida, por eso la historia de la humanidad es una reflexión sobre el SER: quienes somos, qué hacemos aquí, de dónde venimos, a donde vamos. Esas preguntas se las han hecho todos los pueblos de la tierra y en todas las épocas. Los hombres que se han dedicado de una forma especial a resolver esos acertijos se han llamado chamanes, sacerdotes, intelectuales o filósofos.
Cada pueblo, cada sociedad, ha dado una interpretación convincente del funcionamiento del universo y del destino de nuestras vidas más allá de la muerte. Era necesario para calmar la angustia sobre nuestro incierto futuro y satisfacer la inmensa curiosidad. Las explicaciones de todos los pueblos han coincidido bastante, hemos sido creados por unos seres superiores a los que llamamos dioses, de ahí viene la aparición de las religiones, pero a medida que la ciencia avanzaba las explicaciones de las religiones y de los filósofos se han ido desacreditando y las religiones han ido retrocediendo.
Los filósofos no han contestado a ninguna pregunta, los científicos han dado pasos importantes, pero solo en la explicación de los fenómenos de la naturaleza, en la formación del universo y en el origen de la vida. El Universosegún la teoría del bing bang surgió hace unos 14.000 millones de años con una gran explosión tras la cual se formaron los átomos, las moléculas, las estrellas, los planetas y al menos en uno de ellos, la vida.
Las preguntas que suelen hacerse a continuación ¿qué había antes del bing bang? ¿Por qué estalló? ¿Cuál será el final? son incorrectas porque si admitimos que el tiempo solo empezó a contar cuando apareció el Universo, si no existía el tiempo tampoco había un «antes».
Para que apareciera la vida se cree que hubo que esperar 3.500 millones de años para que se formara en la tierra un caldo en el que había carbono, hidrógeno y nitrógeno. La combinación de estos átomos, con una temperatura adecuada, produjo la primera molécula de ADN, que tiene la facultad de hacer copias de si misma. De la célula procariótica se pasó a la célula eucariótica, a seres pluricelulares cada vez más complejos y en una larga carrera evolutiva llegamos al homo sapiens.
Según la Teoría de la evolución de las especies no hay un fin ni una dirección evolutiva, depende del azar y solamente triunfan los cambios, buenos o malos, que favorezcan la supervivencia. Sin ella, la aparición del homo sapiens hubiera sido imposible y nuestros ancestros habrían desaparecido en un ambiente hostil a causa del frío, del hambre o devorados por otros mamíferos más poderosos.
El gran cambio se produjo, tras diversas mutaciones genéticas con el desarrollo del cerebro. Así el hombre primitivo empezó a fabricar utensilios de piedra y madera para suplir la falta de garras y colmillos, ideó armas que actuaban a distancia (arcos, lanzas, flechas) porque corría poco y, sobre todo, tuvo memoria del pasado que le permitió predecir el futuro , de acuerdo con ello, tomar las decisiones apropiadas.
Hace 300-400.000 años surgió el proto lenguaje que le permitió organizar las cacerías en grupo, etc. Hace 100.000, en algún lugar de África apareció el verdadero lenguaje y con él, el pensamiento abstracto y el simbolismo. Finalmente, hace unos 50.000 años apareció la cultura, que consiste en que la experiencia adquirida individualmente se transmite a nuestros semejantes.
Si tenemos unas teorías plausibles para explicar el origen del universo y de dónde venimos, no ocurre lo mismo al tratar de explicar el sentido de nuestra vida. Ello puede ser porque somos limitados y nos faltan circunvalaciones cerebrales. También puede ser que nuestra vida sea producto del azar y tanto nosotros como el universo no tengamos ningún sentido
Enrique Gómez Gonzalvo 22-02-2024, Referencia 165