LAS LENGUAS REGIONALES

                          

El problema más grave que tiene España  no es la crisis económica o el cambio climático o la violencia de género, en la que tanto insisten los comunistas de Podemos, el problema más grave es la cuestión lingüística. A un extraterrestre se lo explicaríamos así. En toda España  casi el 100 % de la población habla español y la Constitución dice que todos los españoles tenemos  el deber de conocerlo y el derecho a usarlo.   Ocurre que algunas comunidades tienen una segunda lengua regional que la habla una parte de la población que nunca llega al 50 %.   En Cataluña, la comunidad en la que el idioma regional está más extendido, los que hablan preferentemente catalán según Convivencia Cívica Catalana, son  el 31 % de la población.

La gravedad del problema radica  en que las  lenguas regionales se están  utilizando  como instrumento político para romper España. Consiste  en tratar al español como una lengua extranjera y reducirla  al ámbito privado para demostrar que, si  allí  no se habla español es porque aquello no es España, por lo tanto los castellano hablantes sobran y si permanecen allí serán  ciudadanos de segunda. Es la doma que decía Boadella.

La inmersión lingüística,  impedir que los niños castellano hablantes estudien en su lengua materna, es un atropello a sus derechos civiles. Es una segregación,  una división de los niños,   unos  privilegiados que pueden estudiar en su lengua materna y otros no.  Esto se conoce en  el mundo  con el nombre de apartheid.

La persecución del español en Cataluña  se ha copiado en Baleares, en la Comunidad Valencia, en el País vasco  y en Galicia alcanzando métodos tan grotescos como pretender que los médicos en Baleares que no  hablen o no quieran hablar en catalán, que se marchen. O en la Comunidad Valenciana, que los niños que no sigan la línea de valenciano en las escuelas no puedan matricularse en inglés.

En Asturias   no hay actualmente ninguna población  o grupo social donde se hable el  bable. Un grupo de gente que quiere vivir del cuento, junto con sus familiares, en total  pongamos unas 500 personas, se han inventado una gramática y ya tienen  idioma propio. El siguiente paso será   plantear la cooficialidad con el español como si ambos idiomas fueran equivalentes.

 Macrón, el Primer ministro francés,  lo ha entendido muy bien y se ha negado a que el corso, un idioma regional,  entre en las escuelas.

              Enrique Gómez Gonzalvo,  20-04-2023, Referencia 301


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