La izquierda en España simpatiza con el islam. En el fondo piensan que el islam es bueno y los malos son los que van a misa. Y ¿por qué es bueno el islam? Porque no es católico y es antiespañol. Por eso, amenazan con quemar capillas gritando “arderéis como en el 36”, pero no lo hacen, ni falta que hace, con las mezquitas.
Las feministas dicen que el papa “no nos dejar comernos las almejas”, pero callan cuando un imán explica en la mezquita como pegar a las mujeres sin dejar huella o cuando mandan a las niñas a Marruecos a contraer matrimonio con ancianos o cuando les practican la ablación del clítoris. Guardan silencio ante la tradición musulmana que dice que el hombre tiene que educar a la mujer con la vara. A financiar el Ramadán, respetar las manifestaciones de religiosidad de los musulmanes y burlarse de la de los católicos le llaman “apostar por la diversidad religiosa”.
Winston Churchill, el político europeo más importante del siglo XX dijo: “Individualmente los musulmanes pueden poseer espléndidas cualidades, pero la influencia de su religión paraliza su desarrollo social en los que la profesan. No hay mayor fuerza retrógrada en el mundo. Lejos de estar moribundo es una creencia militante y proselitista. Ya se ha extendido a través de África central generando a cada paso guerreros agresivos y sin miedo. Si no fuese porque la cristiandad está protegida por los fuertes brazos de la ciencia, la civilización de la Europa moderna podría caer, como cayó la de la antigua Roma”.
Debe haber libertad religiosa, pero es preciso controlar las mezquitas que se dedican a propagar el odio y la doctrina del Coram, que exige la eliminación física de los no creyentes. Es necesario vigilar las fronteras porque en España no caben todos, no caben los que odian nuestra civilización, que afortunadamente no son todos los musulmanes. Esto no es islamofobia sino defensa propia.
Tratar de ocultar la realidad de que prácticamente el 100% de los atentados que actualmente se producen en Europa son producidos por musulmanes y lo hacen en nombre de Alá, no es islamofobia. Afirmar que el terrorismo no se debe solamente a motivaciones económicas, como dice el papa Francisco y los progres, además de una falsedad, es un insulto a los humildes. Afirmar que la gravedad radica en la ideología no es islamofobia es una obviedad. No reconocer la realidad y tratar de esconder el problema con eufemismos ridículos nunca ha dado resultado.
Enrique Gómez Gonzalvo, 23-03-2023, Referencia 381