Hasta mediados del siglo pasado se pensaba que nuestros pensamientos, actitudes y creencias, eran firmes y constantes, pero uno de los mayores descubrimientos recientes de la neurociencia se basa en que las neuronas se regeneran tanto anatómicamente como funcionalmente, pues forman nuevas conexiones sinápticas de forma que el sistema nervioso cambia su capacidad y su funcionamiento para adaptarse a la diversidad del entorno. Por esto es posible modificar el comportamiento reduciendo la libertad de elección de las personas, promoviendo en ellas lealtad ciega, resignación y obediencia incondicional a una autoridad o a una ideología, que es en lo que consiste el lavado de cerebro.
Este término, lavado de cerebro, se utilizó por primera vez para designar la técnica de tortura psicológica empleada por la China comunista, en la guerra de Corea, para conseguir un cambio radical de las ideas establecidas en el cerebro de los prisioneros norteamericanos. De los 7.000 prisioneros sometidos a esta práctica, el 70 % hicieron confesiones que consistían por ejemplo en declarar que Estados Unidos había practicado una guerra bacteriológica contra Corea del Norte.
En un sentido más amplio, lavado de cerebro se llama también a las técnicas utilizadas por sectas religiosas, determinadas ideologías o grupos terroristas para la captación de seguidores e incluso las técnicas de mercado que utilizan las empresas para la venta de sus productos.
De igual forma es un cierto lavado de cerebro lo que intenta la izquierda tras la caída del muro de Berlín. Ante la imposibilidad de la conquista violenta del poder por la clase proletaria, como en Rusia, el comunismo trata también de dominar el pensamiento mediante la manipulación del lenguaje. Así el pueblo no son la mayoría, son los de abajo. El capitalismo no es un sistema económico basado en la propiedad privada y en libre mercado sino que es sinónimo de avaricia e injusticia. Liberales no son los que defienden el liberalismo sino los conservadores en economía. Desaceleración cuando hay crisis. No se dice aborto sino interrupción voluntaria del embarazo.
De esta forma el socialismo disfruta de una falsa y absurda superioridad moral, aparentando ser bueno, noble, compasivo, solidario, altruista, servicial, progresista., presentándose como defensor de los desheredados, de los inmigrantes, de las mujeres por ser el sexo débil, etc. y el capitalismo es percibido de forma errónea como malvado, criminal, egoísta, insolidario.
Enrique Gómez Gonzalvo, 11-02-2023, Referencia 653