La idea de mejorar la especie humana ha sido constante a lo largo de la historia. Aparte de las religiones, los filósofos de la Ilustración intentaron conseguir esa mejora mediante la educación y, siendo ésta tan importante, no se podía dejar en manos de los padres por lo que serían ellos mismos los que se encargarían. Pero aquello no era eugenesia porque no trataba de mejorar los rasgos humanos hereditarios sino los adquiridos. La eugenesia trata de mejorar el acervo genético, es decir, los rasgos hereditarios de nuestra constitución física y de nuestra personalidad.
Con la eugenesia que se realiza mediante la selección artificial, llevada a cabo a lo largo de varias generaciones de las plantas, se ha conseguido la aparición de nuevas variedades en los cultivos con aumento de la producción y de la resistencia a las plagas y a la sequía. En algunos animales se ha logrado la aparición de nuevas razas como ha ocurrido con los perros modernos.
La eugenesia en el hombre, aunque ya fue sugerida por Platón, no apareció hasta el surgimiento del darwinismo social a finales del siglo XIX y fue apoyada por muchas personas respetables como Winston Churchill, Alexander Graham Bell, etc.
Tratando de conseguir la mejora de la especie, la eugenesia nos llevó en las primeras décadas del siglo pasado a la limpieza racial, con la prohibición de matrimonios por causa de enfermedad mental, y a la esterilización obligatoria de decenas de miles de personas tanto en Estados Unidos como en Europa especialmente en Suecia, Francia y Gran Bretaña.
En la Alemania nazi se estableció un programa de higiene racial con las Leyes de Núremberg en 1935. Como resultado de este experimento racista 400.000 personas fueron esterilizadas, por supuesto en contra de su voluntad y 275.000 fueron asesinadas en el programa Aktion T4, por no hablar del exterminio casi total de una raza, por considerarla inferior, de la que perecieron 6 millones de personas.
Actualmente, con el desarrollo de la ciencia y la técnica se ha descubierto una forma mucho más rápida y eficaz para mejorar la especie mediante la ingeniería genética. Con ella se podrán evitar enfermedades hereditarias y dotar a los individuos de mejores características físicas, como la estatura, color de ojos o mejorar habilidades como la inteligencia.
Algunos sectores de la izquierda pretenden hacer la eugenesia obligatoria y ponerla en manos del estado e incluso tachan a los que quieren traer al mundo a personas con discapacidades de «criminales contra la humanidad». Y es que, una vez más, se cumple la regla que, cuanto más amigo es uno de la humanidad menos resulta serlo de los individuos.
Para la derecha liberal el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido y también la eugenesia son derechos del ser humano siempre que se trate de una decisión libre e individual sin que nadie se considere depositario de una superioridad moral para prohibirla o manipularla.
Enrique Gómez Gonzalvo 18-02-2023, Referencia 332