Hombres y mujeres somos iguales en dignidad, pero en nada más. Somos diferentes, pero no para competir sino para ser complementarios. La mujer es y debe ser complemento emocional, intelectual y sexual del hombre y el hombre de la mujer.
Evidentemente las mayores diferencias están en el aspecto anatómico. El varón reconoce a distancia a una mujer porque su cuerpo es, digamos, muy “ornamental”. Las mamas están siempre hinchadas, incluso después de la lactancia pues no hay relación entre su tamaño y la capacidad de amamantar. Las nalgas también son protuberantes y se dejan la melena. Es para ser vista por el varón. El hombre tiene mayor estatura, más desarrollo muscular y menor tejido adiposo. Con la vejez tienden a parecerse. El varón, al bajar el nivel de testosterona el 60 %, se feminiza un poco, pierde parte de su masa muscular, sus formas tienden a redondearse, a menudo el pecho se desarrolla y tiene menos barba y menos impulsos sexuales.
La mujer está más especializada en el lenguaje, más susceptibles a los efectos del alcohol, más resistente a las infecciones por el efecto de los estrógenos. El hombre es más hábil en matemáticas y en la percepción espacial, más vulnerable al infarto y más frecuente la dislexia y la tartamudez.
Es cierto que el varón además de tener más fuerza muscular es más agresivo, pero también lo es contra otros hombres y consigo mismo, pues se suicidan más que las mujeres. Las feministas comunistas dicen que la violencia está en el ADN de los hombres, que todos los hombres son violentos y las mujeres buenísimas. Las cosas no son exactamente así. Es cierto que también los animales machos son más agresivos que las hembras, que los delincuentes más peligrosos suelen tener un elevado nivel elevado de testosterona, que el 95 % de la población carcelaria es masculina. En cambio las mujeres son más agresivas cuando perciben un peligro para su cría y, además, otros factores intervienen en la agresividad porque no hay que olvidar que la mujer también mata. En 2014 se publicó que de los 23 menores asesinados por sus progenitores 16, casi el 70 % lo fueron por sus madres. Y la mayor parte de las abuelas maltratadas lo son por las hijas.
El nivel de inteligencia es similar en ambos sexos. El promedio en la mujer es más igualitario, en los varones hay más desigualdades, muy inteligentes y muy tontos. Es una de las razones por la que hay más hombres entre los premios Nobel, compositores, los campeones de ajedrez y también entre los presos, los vagabundos y los suicidas. El cerebro del varón es más homogéneo en la conducta, por eso dicen que todos los hombres son iguales. La conducta de la mujer es más variable.
La mujer, al ser biológicamente más sociable y de natural más compasivo, sería lógico pensar que su comportamiento fuera más dialogante y tuviera menos deseo de dominio. Sin embargo hay muchos ejemplos de mujeres gobernantas que estuvieron lejos de ese estereotipo femenino de mujer afectuosa como la reina Victoria de Inglaterra, Catalina La Grande de Rusia y, en épocas más recientes, Golda Meir y Margaret Tacher.
La mujer madura 2 o 3 años más pronto que los hombres, es más disciplinada y tienen una visión más a largo plazo. También escucha mejor, expresa mejor el cariño y liberan más dopamina cuando la abraza el varón, Pronuncian de 25 a 32.000 palabras al día y los varones no pasan de 15.000.
Enrique Gómez Gonzalvo 1-01-2023 Referencia 632
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