Se ha dicho que el ser humano es un cerebro con patas y es que todo está en este órgano con 84.000 millones de neuronas y unas mil conexiones cada una de ellas. Recibe a través de los órganos de los sentidos y del sistema de mantenimiento del equilibrio más de 11 millones de VIPS (unidades de información) por segundo, de las cuales unas 40 van al cerebro consciente y el resto al inconsciente.
Con la recepción de tantos estímulo las estructuras cerebrales micro y macroscópicas se van modificando constantemente hasta el fallecimiento. Esto ocurre incluso en el claustro materno, por lo que no sabemos que pasaría si se consiguiera un niño probeta total, sin haber tenido ningún intercambio con la madre. Tampoco sabemos que influencia tendrá el inicio tan temprano de la sociabilidad, que si antes se iniciaba a los 6 años ahora tiene lugar antes de los 3 en los jardines de infancia.
Continuamos aceptando la existencia en nuestro cerebro de “algo” a lo que llamamos “yo” que toma las decisiones, pero la ciencia dice que esto no es posible porque para que un “ente” inmaterial interactúe con la materia necesita energía. Con este tema ocurre como con la existencia de Dios, que la ciencia no puede afirmarlo ni negarlo y la opinión del científico no tiene más valor que la de Vd. mi querido lector.
Decimos que el hombre es un ser inteligente, entendiendo la inteligencia como la facultad del ser humano para comprender la naturaleza de las cosas. Está la inteligencia analítica, la que se puede medir con el coeficiente intelectual, que es la que tiene que ver con los cálculos matemáticos. La inteligencia emocional que influye en la capacidad de liderazgo. La inteligencia social que incluye la empatía cognitiva que es la capacidad para imaginar lo que piensa el otro y la empatía emocional que es la capacidad de sentir lo que siente el otro.
La inteligencia se puede expandir por la tenacidad, por la pasión por el trabajo, por la constancia. Y como todas las facultades mentales, sobre todo las que son innatas, necesita un entorno adecuado para desarrollarse y multiplicarse.
Los niños lobo que vivieron amamantados por fieras tanto en la India como las que ocurrieron en Francia en el siglo XIX nunca llegaron a hablar porque les faltó el entorno humano.
Antes que la inteligencia en el proceso evolutivo aparecieron las emociones, inicialmente las primarias (el cólera, la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el llanto), después las secundarias (orgullo, vanidad, narcisismo, simpatía, amor, compasión, admiración, amistad, antipatía, desesperación, envidia, celos, venganza, odio, miedo, cólera). Todas siguen teniendo una enorme importancia en nuestras vidas y en la conducta. Cuando hay un conflicto entre la razón y las emociones, son estas las que prevalecen y la capacidad de someter las emociones a la razón, normalmente fracasa.
La intuición como las corazonadas son un mecanismo no racional pero inteligente. El que alguien me caiga bien o mal no es racional, tiene que ver con los arquetipos que inconscientemente formamos con personas racionales.
Enrique Gómez Gonzalvo, 31-12-2022, Referencia 197