EL MAL EN EN MUNDO

                                                   

El niño que por ser  mas fuerte que otro le pega en el patio del colegio, se marcha  y el otro se queda  sin saber por qué le ha pegado, es un niño malo. El niño  malo puede ser tonto, pero es sobre todo malo. El niño bueno puede ser tonto y  las atrocidades las comete por eso, por ser tonto.

 La diferencia entre el niño malo y el tonto es que el tonto se hace daño a él y el malo siempre lo hace a los demás.

El niño malo tiene cierto prestigio en el patio del colegio.  Incluso en la sociedad actual es mejor que te consideren un bicho que un idiota. No se sabe por qué extraño atavismo, quizá por algo relacionado con el diablo, tendemos a creer que las personas malas son más listas que las buenas y así se dice con frecuencia que de bueno a tonto no hay mas que un paso. No es verdad, hay muchos malos que son muy tontos.

 Todos creemos ser buenas personas y, si secretamente reconocemos  que alguna vez hemos hecho algo malo a alguien,  nos consolamos pensando que  ellos nos hicieron daño a nosotros  o que aquella persona sí era mala.

Así  es la historia de la humanidad. Roma, de donde  procedemos todos, fue una  sociedad fundamentalmente  esclavista. En la Habana vieja, hace muchas décadas, existía una siniestra edificación del siglo XIX, «el azotadero», a donde las personas honorables llevaban a sus esclavos desobedientes para que los desollaran a palos.

Dos de los hombres más  inteligentes del mundo, el uno, Aristóteles, justificó la esclavitud, y el otro, Santo Tomás de Aquino, aprobó la Inquisición.

 Einstein le dijo a Freud que en los seres humanos está la necesidad de odiar y destruir. Es inútil que los sociólogos, psicólogos e intelectuales busquen las causas de la maldad. Simplemente hemos nacido así. El misionero que contrae la malaria para salvar a los negros hace eso porque es bueno, cree en Dios y ama a los demás. El etarra que pega un tiro en la nuca a un policía o el que quema vivo a un mendigo es un hombre malo.

Igual ocurre con los políticos. El político que inventó la siniestra ley de memoria histórica, que consiste en revivir la guerra civil, a pesar de que hubo una amnistía y nos perdonamos mutuamente los crímenes cometidos por ambos bandos, indudablemente es un hombre malo porque  está cargado de odio contra el  que piensa diferente.

       Enrique Gómez Gonzalvo, 26-11-2022, Referencia 315 


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