El Estado español ha sido el buque insignia de la Iglesia católica durante varios siglos. ¿Que hubiera ocurrido si España no hubiera defendido a la Iglesia en los siglos XVI y XVII? ¿A qué hubiera quedado reducida la Iglesia de Roma?
Hubo un momento en que el Vaticano admitió la supremacía moral del protestantismo y terminó con un sentimiento de culpabilidad por haber provocado el cisma y no haber sabido enfrentarse a la Reforma protestante. Desde entonces está intentando resolver su problema y recuperar a sus hijos pródigos, olvidándose de los buenos.
A la vez que la supremacía del norte protestante, que se fue creando sobre el sur católico, apareció ese complejo de inferioridad en la Iglesia católica y en gran parte del episcopado. También las élites españolas se fueron acomplejando y asumieron la superioridad moral, cultural y económica del mundo protestante sobre los europeos del sur y, España, como el resto de las naciones católicas y como hizo la Iglesia, tampoco se defendió de esa supremacía.
El Estado español ha sido leal a la Iglesia de forma incuestionada y la Iglesia no ha tenido nunca la sensación de deuda por la lealtad de España. Tampoco han tenido lealtad con el general Franco ni la Iglesia de Roma ni la española a pesar que evitó el exterminio de los católicos durante la guerra civil, pues la mayoría de los fusilados tenían en común que iban a misa.
El hombre que salvó al catolicismo en España no ha merecido ni un movimiento de protesta ni del Vaticano ni siquiera de los partidos de la derecha cuando su tumba ha sido profanada y enterrada nuevamente en un lugar diferente al que quería la familia.
Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, salió hace
varios años pidiendo perdón por el comportamiento del clero durante la Guerra Civil, pero se olvidó pedir perdón por el comportamiento de los curas vascos y catalanes con todos los españoles desde la Transición. Se le olvidó también exigir que pidieran disculpas, los que se consideran sucesores del Frente Popular, por el asesinato de los casi 8.000 curas, frailes y monjas durante la República y la Guerra del 36.
Desde los años 60 del siglo pasado, en que gran parte de los curas se pasaron al comunismo, parece se ha terminado el antagonismo histórico entre la fe cristiana y la ideología marxista, cuando ambas se calificaban antagónicas y se consideraban como un mal que era necesario eliminar.
En la reciente visita de Yolanda Díaz al Vaticano, el papa Francisco se derretía de amor ante la ministra comunista, la que calificó el encuentro de “emocionante”.
Enrique Gómez Gonzalvo 17-11-2022 Referencia 351