Stanley Payne, famoso historiador e hispanista estadounidense, habla del “asombroso milagro del Imperio español.” Efectivamente. No ha habido otro imperio igual en la historia de Occidente. Fue asombroso por su extensión y por su duración. Más de 20 millones de kilómetros cuadrados con un océano por medio formaron una unidad política que se mantuvo más de 300 años en paz, siendo la población de la España de aquella época de unos 5 millones de personas (4 la Corona de Castilla y 1 la de Aragón) y separados por un océano.
A lo que allí había, a la llegada de aquellos españoles, no se le puede llamar civilización. No conocían la rueda, el caballo, el burro, el trigo, la gallina, los perros, la vaca, el cerdo. Tampoco la numeración arábiga, las aleaciones metalúrgicas incluyendo el hierro forjado y el acero, los ladrillos, las tejas (las casas eran hechas de barro, piedra y paja), el arado, las técnicas avanzadas de navegación, la moneda metálica.
En aquel continente en el que no se conocía la escritura y donde se practicaban sacrificios humanos, la unidad política evitó las guerras tribiales, la lengua española borró las fronteras y permitió el comercio y la religión católica terminó con los sacrificios humanos.
En un siglo los españoles cambiaron el sistema de transporte que se realizaba en todo el continente cargando entre 20 y 30 Kg a lomos de los porteadores porque no había ningún animal con más capacidad para el transporte que el ser humano.El Imperio español abrió la vía del Pacífico para comerciar con Oriente. Durante siglos, las galeras que salían de Veracruz a través de Manila, llegaban a China en un comercio pacífico con la dinastía Ming, la de mayor esplendor que ha tenido esa sociedad.
Aquellos españoles dejaron cuando se marcharon 25 ciudades que serían declaradas patrimonio de la humanidad. Con todo, lo que caracteriza y hace grande al Imperio español fue el mestizaje. Muy reveladora es una frase de Mendoza, el primer virrey de Méjico: “los indios son gente como cualquier otra”, es decir, son gente con las que uno se puede casar, matrimoniar, relacionarse, establecer vínculos, etc. Esto tenía lugar en el Imperio español cuando hasta el siglo XIX los matrimonios mixtos estuvieron prohibidos en el Imperio británico, porque la superioridad del hombre blanco respecto al indígena nadie la ponía en duda.
España en los siglos XVI y XVII era la primera potencia y nadie brilló más en aquella época que los españoles. Su nivel de vida era más alto que el de los italianos que habían sido los más ricos de Europa durante 100 años. Su poder marítimo era indiscutible y la armada inglesa, aún en 1741, fue totalmente destruida por Blas de Lezo.
Enrique Gómez Gonzalvo, 10-11–2022 Referencia 618
EL IMPERIO ESPAÑOL EN AMÉRICA 26-05-2021 Referencia 618
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