En España la derecha y la izquierda reformista durante la Transición consiguieron el restablecimiento pacífico de la democracia, con ello aumentó nuestra reputación en la comunidad internacional y se desterró el mito de la España cainita.
El prestigio que se inició en la época de Felipe González aumentó en la de Aznar en la que se vivió un periodo de prosperidad económica que no se había conocido nunca. Se crearon 5 millones de puestos de trabajo, se redujo el paro del 25 % al 11,5 %, la deuda pública pasó del 70 % al 50 % y el déficit del sector público del 60 % de PIB a menos del 40 %. Entramos en las organizaciones internacionales, OTAN y Unión Europea y nos convertimos en un aliado fiel de los Estados Unidos. Su gran aportación en política internacional consistió en conseguir que fuéramos nosotros y no Marruecos el aliado de los americanos, lo que es primordial si alguna vez atacan nuestras costas. Y a la vez logramos llevarnos bien con Argelia.
Todo cambió con Zapatero que para congraciarse con los estados árabes estableció la Alianza de Civilizaciones e hizo desertar a nuestras tropas de Irak, rompiendo el compromiso que había adquirido con los americanos cuando estaban allí con un mandato de la ONU.
Con Pedro Sánchez la decadencia se ha acentuado. Ha pactado con las fuerzas políticas que no participaron en la Transición, los comunistas del FRAP, los sucesores de ETA, los independentistas y se apoyan mutuamente. Ellos le permitieron formar una mayoría de gobierno y Sánchez los sacó de la cárcel en contra de la opinión mayoritaria de la población, pero a él, como buen psicópata le da igual.
Todos los países tienen problemas con los enemigos de la democracia y con el funcionamiento de la política, pero no tienen un ministro que haya ha dicho a un periódico de extrema izquierda de Inglaterra, país importador de carne española, que España, no una empresa, sino España, el reino de España, exporta carne de mala calidad por el sufrimiento animal que se produce en las maxi granjas de 10.000 cabezas. Tampoco tienen ministros que cobren nómina por asesorar a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro. Es por eso que el presidente de Estados Unidos no incluye a Pedro Sánchez en los contactos habituales con los líderes europeos.
La política exterior se hace poco a poco pues los intereses del Estado son bastante permanentes, pero cuando llega un gobierno de extrema extrema izquierda, todo se rompe. Habrá que empezar de nuevo como harán las gentes de Ucrania cuando se marchen los rusos.
Con todo, nosotros, que hemos sido algo importante en el mundo, si no resolvemos el golpe de Estado que está en marcha en Cataluña llegaremos a ser algo insignificante, menos que nada.
Enrique Gómez Gonzalvo, 22-09-2022 Referencia 599