En los actos humanos suele pesar más la estupidez que la maldad, pero ello no exime de la responsabilidad entendiendo como tal que el hombre ha de responder de las consecuencias de sus actos. No basta con tener buenas intenciones, pues como dice un refrán de la Edad Media, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.
En el mes de enero del año 2020 la oposición preguntó al Gobierno que pensaban hacer con el virus chino y Sánchez contestó por boca de Fernando Simón que no había virus, que nunca llegaría a España, que si acaso uno o dos y que de todas formas estábamos preparados.
A comienzos de febrero la OMS y la Unión Europea anunciaron al mundo entero que iba a llegar una pandemia y era necesario que todos los países prepararan el sistema sanitario y que los gobiernos hicieran acopio del material sanitario para proteger a la población.
Pedro Sánchez como presidente del Partido Socialista había previsto la celebración de un acto de propaganda para el 6 de marzo consistente en manifestaciones feministas en las principales ciudades de España porque “el machismo es un virus mucho más peligroso que el coronavirus”.
Seis días antes de dichas manifestaciones la Unión Europea desaconsejó permitir multitudes para evitar contagios.
Pedro Sánchez, con una irresponsabilidad criminal, apostó por seguir adelante con las manifestaciones del 8-M a pesar que los casos de coronavirus comenzaron a dispararse 72 horas antes de la fecha anunciada.
En España murieron en el curso de la epidemia según cifras oficiale, las reales no las conoceremos nunca, 113.000 personas ¿Cuántas muertes se habrían evitado si las manifestaciones no se hubieran convocado?
Aunque España es la nación de Europa que tuvo en la primera ola de la epidemia el mayor número de muertos en relación a la población, Sánchez ni siquiera ha pedido disculpas y el que fue ministro de sanidad, Francisco Illa, como él nació en Barcelona, dice que él no se arrepiente de nada.
Se ha dicho que la ética lleva al cielo, pero la política se hace en la tierra. Maquiavelo afirmaba que ética y política no tenían nada que ver. No es verdad. Las normas éticas son de ámbito universal, se deben aplicar a todas clases sociales, a todos los hombres, incluyendo a los políticos.
Si hubo una irresponsabilidad criminal o un homicidio múltiple por imprudencia ¿Quiénes fueron los responsables?
Enrique Gómez Gonzalvo 20-09-2022 Referencia 606