Las emociones aparecieron con los mamíferos, como producto de la evolución, porque favorecían la supervivencia. La primera y más importante de las emociones fue el miedo porque nos permiten conservar la vida, atacando o huyendo tras detectar el peligro de los depredadores que nos quieren comer. Su equivalencia en el hombre moderno es la ansiedad.
Junto al miedo surgieron las llamadas emociones primarias, que son las que compartimos con otras especies de animales y se ponen de manifiesto en situaciones de peligro, de hambre, etc. Son: la cólera, la alegría, la tristeza, la ira, el llanto. Más tarde aparecieron las emociones secundarias o emociones sociales que están relacionadas con nuestra pertenencia a un grupo. Son la simpatía, el respeto, la culpa, la vergüenza, la generosidad, la compasión, el cariño. También están relacionadas con la supervivencia, ya que favorecen la cohesión social, la formación de grupos, pues el hombre es un animal social y, aislado, perecería.
Las emociones suelen durar poco tiempo y se acompañan de manifestaciones somáticas y de signos de comunicación no verbal. Existe un rostro transcultural que evidencia el miedo, la ira, la tristeza, la alegría, el asco y la sorpresa. También existe ese rostro para el desprecio y para cada una de las emociones.
La sonrisa de la Gioconda, dicen los eruditos, es la sonrisa de la ambigüedad en la que vivía, Leonardo de Vinci. Él, además de un auténtico erudito en diversas áreas, era homosexual, zurdo, escribía de derecha a izquierda y vegetariano porque no quería provocar sufrimiento a los animales.
Por cierto, los animales pueden tener algunas emociones como miedo, placer y dolor, pero no podemos saber si son conscientes de las mismas.
Después de las emociones vinieron los sentimientos, que son una mezcla de emociones que pasan por el lóbulo frontal y se organizan a través del pensamiento. El sentimiento más antiguo es el amor, que hizo que macho y hembra, cuando se pusieron de pie, estuvieran juntos más tiempo para cuidar de la cría que nacía con escasa mielinización cerebral. Junto al amor apareció el odio y el orgullo.
Más tarde se manifestaron la empatía y el altruismo para favorecer la sociabilidad y la cohesión social. Posteriormente la culpa y la vergüenza que permitieron reparar las ofensas a nuestros semejantes; si bien el exceso de culpa disminuye la autoestima y el defecto es la falta de empatía del psicópata, que no le permite valorar el daño que ha causado.
En contraste con las emociones que son un hecho público, los sentimientos son algo privado, que se tiene dentro como escondido. No tienen un rostro específico como las emociones y pueden durar mucho tiempo.
Los sentimientos no se heredan y dependen de la vida que hemos tenido, de las ideas inculcadas y de las experiencias vividas.
Finalmente, hace 160.000 años cuando uno moría lo enterraban con sus enseres, arcos y flechas para usarlos en el más allá, porque ya existía la cognición, el entendimiento, el pensamiento y la capacidad de juicio. Había aparecido la razón.
Enrique Gómez Gonzalvo 13-08-2022 (Referencia 571)