El cambio en la sociedad española tras la instauración de la democracia ha sido espectacular. En las últimas décadas los españoles nos hemos modernizado, nos hemos divorciado, hemos ido a la universidad, hemos controlado el número de hijos, hemos reconocido la diversidad sexual. Nos hemos quitado el complejo de ser la única dictadura de Occidente pues hemos votado y podemos expresar libremente nuestras opiniones. En resumen hemos pasado de la categoría de súbditos a ciudadanos.
El cambio más intenso ha sido en el mundo femenino. La mujer es libre de casarse, divorciarse, de alcanzar casi todos los puestos de la sociedad, de elegir el número de hijos que desea, etc.
No todos los cambios han ido mejor, pero como dijo Manuel Azaña: “La libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”.
La delincuencia ha aumentado, si bien sigue siendo baja en comparación con los países de nuestro entorno. Como en el resto de Europa se habla de crisis moral y crisis en la familia.
España tiene una de las tasas más bajas del mundo de natalidad: nacen 1,3 niños por mujer, lo que nos hace ser el cuarto país más viejo del mundo, solo superado por Japón, Alemania e Italia. Si no hay un cambio brusco, dentro de 200 años los españoles prácticamente habrán desparecido.
La situación es mas grave en la España del interior en la que siempre ha habido poca población, pero la que hay continúa marchándose a las grandes ciudades donde la vida es más cómoda. Si en Siberia la densidad de población es de 3 personas por metro cuadrado en Tierras Altas de Soria no llega dos.
La juventud actual es pacifista, blandengue, insiste más en los derechos y menos en los deberes. Han disminuido valores como el esfuerzo, el trabajo bien hecho, la honestidad, el reconocimiento del mérito. Prefieren que el Estado sea responsable de su futuro.
La drogadicción, que casi no existía durante franquismo, aunque últimamente ha bajado el consumo de drogas duras (cocaína y heroína) y del alcohol y de tabaco, persiste el consumo de cannabis y, lo que es peor, se extiende la opinión que es tranquilizante cuando la realidad es que empeora la ansiedad y, a medio plazo, las enfermedades mentales.
Tenemos una renta per cápita de 34.899 dólares anuales, por detrás de Italia, Reino Unido, Francia y Alemania, pero por delante de todos los países de la Europa del Este. Las infraestructuras son magníficas para una España de 55 millones de habitantes, cuando somos solamente somos 47.
En resumen, España es un país maravilloso para vivir
Enrique Gómez Gonzalvo, 9-08-2022, Referencia 584