La Hispanidad no es una ideología, es un hecho, una realidad. Es el conjunto de países y pueblos de lengua y cultura hispánicas, de todas las gentes que formaron parte del Imperio español. Se extiende desde Méjico, fundado por Hernán Cortés y California fundada por el mejicano Fray Junípero, hasta Manila en el continente asiático que pertenecía al virreinato de Nueva España.
La Hispanidad es, pues, el resultado de aquel imperio que España construyó en América, imperio que duró 3 siglos con grupos indígenas diversos, con lenguas distintas, con religiones diferentes. En el siglo XIX cuando se produjo su desmembración, millones de españoles, algunos contra su voluntad, dejaron de serlo y aparecieron un conjunto de naciones cuyos habitantes en ese momento eran mucho más ricos que los de la España peninsular. Con esos pueblos, mejicanos, peruanos, argentinos, chilenos, paraguayos, los españoles tenemos más en común que con los europeos .
Hay también una hispanidad africana en Guinea. Y también allí el nivel de vida de la población autóctona alcanzó niveles que jamás se hubieran podido imaginar. La desnutrición y otras enfermedades desaparecieron gracias al saneamiento de tierras, la variedad de la dieta y la atención médica. Cuando los españoles se fueron, las explotaciones agrícolas se abandonaron, se dejó crecer la maleza en las carreteras y cayeron en el olvido hospitales y escuelas. La población abandonó el cultivo del arroz y la patata, y volvió a su régimen alimenticio anterior basado en la caza de ratas de río.
La comunidad hispánica, con sus 500 millones de hispanohablantes, una natalidad aceptable y una lengua que no se fragmenta y que no está en decadencia, puede tener un porvenir esplendoroso. En el resto del mundo no hay una comunidad tan vigorosa. Europa no tiene jóvenes, y si no hay jóvenes no hay futuro. Estados Unidos si no fuera por la inmigración de los hispanos, que le dan el dinamismo a la economía, le ocurriría como a Europa. El Japón está moribundo. China, por aquello del hijo único tampoco tiene jóvenes. India, tiene mucha juventud, pero con muchos musulmanes que no tiene las ideas muy claras.
En contraste, al haber aceptado los principios de la Ilustración francesa que eran los de la Leyenda Negra antiespañola, los hispanos tienen una pobre opinión de si mismos, frente al mundo anglosajón y el centro y norte de Europa.
Enrique Gómez Gonzalvo, 5-07-2022, Referencia 577