¿POR QUÉ NO SE MARCHAN?

                                            

Pablo Iglesias decía que  a él le gusta escuchar La Marsellesa y no nuestro himno nacional al que llama “cutre  pachanga fachosa” y añadía que     “a mí me revienta el nacionalismo español (mucho más que el vasco o catalán), que le voy a hacer”.

Fernando Trueba cuando recibió  el   Premio Nacional de Cinematografía dotado con  30.000 euros  procedentes de nuestros impuestos, en presencia del Ministro afirmó  “jamás he tenido sentido nacional, nunca me he sentido español ni cinco minutos, en caso de guerra estaría con el enemigo, hubiera preferido que la guerra de la Independencia la hubieran ganado los franceses.” De forma que en Los fusilamientos de la Moncloa, él estaría con el  que fusila no con el que levanta los brazos. ¿Se sentirá esquimal, bosquimano, hutu o tutsi, antes que español?

 En la guerra de la Independencia Trueba  hubiera preferido que hubieran ganado los franceses. Murieron de 250 a 300.000 españoles y entre hambrunas y epidemias la cifra se elevó  a 600-700.000 que para una población de 10 millones serían 5 ó 6 millones de hoy. Mientras,  el pueblo español al que tanto desprecia, hizo en Cádiz una Constitución, la tercera del mundo,  mejor que la francesa, porque la  nuestra  no pretendía guillotinar a nadie.

Una parte de la izquierda odia a España, la cuarta economía del euro, y se avergüenza de nuestra historia que, cuando tenía 5 millones de personas descubrió, conquistó, colonizó y evangelizó solo en 50 años un continente. Un país de tradición romana y cristiana con sus reyes buenos y malos, con los Reyes Católicos pero también con Fernando VII. Un país con sus mitos y su folklore, con su historia trágica muchas veces, sus momentos tristes, sus dictaduras y pronunciamientos, pero también con sus grandes gestas, sus momentos de reconciliación y sus épocas gloriosas como lo fue la Escuela de Salamanca, la pionera en la defensa de los derechos humanos.

Enarbolar la bandera de España lo consideran un gesto fascista mientras que cantar las glorias del comunismo, la aberrante ideología de los cien millones de muertos, sigue pasando por progresista. Se proclaman apátridas y celebran cuanto de malo sucede  a la nación española. Es la religión del odio.

Pero, ¿por qué no se marchan? No se marchan porque se vuelven locos por cobrar una pensión. No se marchan y, si lo hicieran, sus nietos los maldecirían por haberles impedido nacer en España.

 ¿Devolvió Trueba los 30.000 euros?

        Enrique Gómez Gonzalvo, 29 de Enero de 2016, Referencia 35


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