El marxismo leninismo es la ideología oficial que adoptó la Unión Soviética y los estados satélites de la Europa del Este. Se trataba de la adaptación de las teorías de Marx, expuesta en el Capital, para la toma del Poder.
El Manifiesto Comunista fue publicado en 1848, pero su influencia no pasó de pequeños círculos intelectuales hasta 1917 en que Vladimir Lenin, al frente de la revolución bolchevique, se propuso establecer la dictadura del proletariado que preconizaba Marx en Rusia y se convirtió en el hombre más influyente del mundo.
Hijo de un inspector de escuelas públicas, Lenin pertenecía a la burguesía de la sociedad zarista. No era un intelectual, no era filósofo, no era profesor universitario. Él era un delincuente, un agitador, un revolucionario, que en su juventud, adoptando el apodo de Lenin se había dedicado a asaltar bancos, dinamitar ferrocarriles y cosas por el estilo. Estuvo preso en Siberia y exiliado en Suiza y Bélgica.
De él no se puede decir que no fuera coherente con sus ideas, entre lo que decía y lo que pensaba. Preguntado al comienzo de la revolución porqué estaban matando a empresarios honestos, contestó que no los mataban por ser malos sino por pertenecer a una clase social equivocada.
Alguien ha dicho que si hubiera vivido en los siglos XVI ó XVII hubiera sido un excelente inquisidor. Éstos eran los mejores sacerdotes de su tiempo, los más inteligentes, los más virtuosos y los más compasivos, pero procedían de acuerdo con un dogma: era preferible que los condenados sufrieran durante unos minutos que eternamente en el otro mundo.
Lenin anunció que la revolución iba a ser sangrienta, inhumana, durísima, injusta, pero con ella se aceleraría la llegada de la sociedad sin clases donde todos los hombres por primera vez serían iguales y felices, como había prometido Marx en el Manifiesto comunista.
En septiembre de 1918 empezó el terror leninista y esto provocó la guerra civil. Inicialmente los bolcheviques iban perdiendo porque los rusos blancos tenían en su ejército los militares de carrera del ejército del zar y los mandos del ejército comunista eran agitadores políticos. En 1919, cuando estaban a punto de perder la guerra, Trosky ordenó a todos los oficiales del ejército que estaban en el territorio que ellos controlaban, que se incorporaran a su ejército. A los 60.000 oficiales que lo hicieron les dijo que si retrocedían o perdían una batalla, fusilarían a toda su familia. En 1920 la guerra estaba ganada.
Enrique Gómez Gonzalvo 24-05-2022 Referencia 563