Para los comunistas de Podemos y las feministas radicales, valga la redundancia, en Occidente vivimos en un sistema heteropatriarcal que es totalmente machista pues se practica una violencia generalizada contra las mujeres y el macho que quiera puede agredir y someter a la mujer. Es la vuelta al mito bíblico de la creación, en el que el arquetipo femenino, Eva, es una creación derivada del varón y lo femenino se denigra como algo accesorio y peligroso.
Según las antropólogas comunistas hubo una época dorada en el origen de los tiempos donde las mujeres habrían detentado el poder social, político y cultural, que coincidiría con la importancia de la diosa madre, aunque no hay evidencias arqueológicas que apunten a una consideración social de determinadas mujeres en el Neolítico. El comienzo del patriarcado habría coincidido con el de la agricultura, que habría producido la aparición de excedentes con el intercambio de productos, la aparición del comercio y de la propiedad.
Es verdad que, hasta donde llega la historia incluyendo la democracia ateniense, la república romana y la mayoría de los estados islámicos, todas las sociedades son patriarcales pero lo que no se puede sostener, salvo por ignorancia supina o porque se actúa de mala fe, es decir que la Constitución de 1978 es patriarcal.
En España y por supuesto en las actuales sociedades occidentales la discriminación de la mujer es escasa y las féminas no tienen ningún impedimento legal para acceder a los puestos más elevados en la escala social. Millones de mujeres en Occidente acceden a titulaciones universitarias y a puestos de responsabilidad sin que exista más techo que el de su propio mérito, esfuerzo y capacidad. Sin embargo las feministas comunistas insisten en presentarlas como criaturas desvalidas, necesitadas de la discriminación positiva para abrirse paso en la vida. Donde si existe una violencia criminal muy extendida es en países como Arabia Saudí o Irán, donde las mujeres son sometidas a lapidaciones y latigazos y ante esto, las feministas comunistas callan.
La ley contra la violencia de género, acompañada con generosas subvenciones a asociaciones próximas a Podemos junto a campañas propagandísticas que criminalicen al varón, ha fracasado porque los asesinatos por violencia de género de Montero han aumentado el 37 %.
Es cierto que la violencia física contra las mujeres es algo intolerable, pero también lo es la violencia contra los ancianos, los niños, los homosexuales, los mendigos o los negros. La realidad es que hay hombres (y mujeres) malos porque han nacido así, que siendo niños disfrutaban haciendo sufrir a los animales y de mayores pueden terminar alegrándose de que a un torero lo mate el toro o maltratando a los más débiles. Así es la naturaleza humana, más bien vil.
Enrique Gómez Gonzalvo, 5-05-2022, Referencia 548