
La política es una actividad noble y digna que pretende transformar y mejorar la sociedad. Se trata de un servicio público y hay políticos que tienen espíritu de servicio y políticos que tienen ambición de poder.
El político, además de buen gestor, ha tener buenas ideas, principios y ser una persona honesta. En general el que cambia de partido perdiendo el sueldo tiene mérito y el que lo hace conservándolo es colocarse, por lo que hay que desconfiar. La regla de oro de una buena gestión, como ocurre en la vida privada, es que la toma de decisiones ha de ser mirando a medio plazo y, la mayoría de ellos, solo llegan hasta las próximas elecciones.
Son pocos los que hacen el bien a su país, pero pueden hacer muchísimo daño y durante varias generaciones. Es el caso de Juan Domingo Perón. No mató a nadie, pero Argentina, habiendo sido al terminar la Segunda Guerra Mundial el cuarto país más rico del mundo en renta per cápita, con el peronismo se fue empobreciendo enormemente.
Churchill, por el contrario, muy culto, gran orador, buen escritor, aunque tenía mal carácter y abusaba del alcohol, fue un gran líder y salvó a Europa de las garras de Hitler. Cuando Chamberlain volvió de firmar el acuerdo de Múnich por el que le cedía la zona de los Sudetes en Checoslovaquia a Hitler y fue recibido como el pacificador, Churchill le espetó: habéis renunciado al honor para evitar la guerra, tendréis el deshonor y la guerra.
Muchos políticos engañan a los ciudadanos. Lenin prometió a los rusos la paz, pero nunca les dijo que para conseguirla entregaría a sus enemigos gran parte de su territorio y que establecería un régimen de terror. Hitler les prometió un Tercer Reich que duraría 1000 años, pero no les dijo que para conseguirlo tendrían que vencer a enemigos muy poderosos. Pedro Sánchez engaña a los españoles y a la claudicación ante los separatistas le llama buscar la paz. .
Mucho cuidado con los políticos. Las personas que ocupan un alto cargo durante un tiempo prolongado, también ocurre en otros sectores, cambian el modo de pensar y de comportarse. Se muestran con frecuencia como ególatras y sedientos de poder. Un historiador inglés, católico y liberal dijo «Es el propio poder. El poder corrompe y el poder absoluto lo corrompe absolutamente todo».
Enrique Gómez Gonzalvo 17-04-2022 Referencia 530