
El indigenismo es un movimiento político y cultural que se inició especialmente en Méjico, en el primer cuarto de siglo XX y que defiende la identidad política y social de las culturas precolombinas. Es la reivindicación de las civilizaciones inca y azteca fundamentalmente frente a la cristiana y europea, del indio frente al blanco, de lo prehispánico frente a lo español e incluso de lo criollo.
Se trata de la defensa del multiculturalismo frente a la integración y al mestizaje que tuvo lugar en la etapa de la colonización. Emparentado con la exaltación del buen salvaje, ha sido adoptado por la izquierda totalitaria y por los nacionalismos europeos.
Aunque existe en otros países, el indigenismo se ha desarrollado especialmente en la comunidad hispana de América, que es la única de Occidente que no está en quiebra demográfica ya que todas las demás envejecen a una velocidad vertiginosa.
A lo que había en América a la llegada de los conquistadores no se le puede llamar civilización puesto que no conocían ni la rueda y eran tan bárbaros que no disponían de ganado ovino, ovino y caballar. Concretamente la sociedad azteca ha sido con diferencia la sociedad más monstruosa de todos los tiempos, mucho más que la espartana. Esa cultura creía que el universo se sostenía gracias a los sacrificios humanos. Cientos de miles y quizá millones de indígenas fueron sacrificados por esta creencia. Los osarios que han descubierto los arqueólogos demuestran que los aztecas sacrificaban y se comían una media de 50.000 personas al año.
España con el descubrimiento, conquista y evangelización de América construyó en ese continente un imperio que duró 3 siglos con grupos indígenas diversos, con lenguas distintas, con religiones diferentes y en el momento de la independencia muchos de esos pueblos eran más ricos que los habitantes de la Península.
España ha sido la nación que más ha promovido el mestizaje, el comercio mundial y la difusión del cristianismo, llegando a formar una comunidad de 20 naciones que hablan el mismo idioma, además de la huella que ha dejado en lo que hoy son los Estados Unidos, pues casi la mitad de su territorio actual perteneció a España en determinados momentos.
Con la lengua española llegó Grecia con Aristóteles y Platón, Roma con sus juristas y el Renacimiento. Llegó la cultura occidental basada en la libertad, los derechos humanos y la conciencia moral. Aquellos ciudadanos de la América hispana, no eran mejicanos, no eran chilenos, no eran peruanos y sí ahora lo son es gracias a aquellos hombres.
Es verdad que la llegada de los españoles fue violenta como ha ocurrido en todos los procesos de conquista y colonización, pero no es justo que, después de 200 años de independencia, se culpe a lo conquistadores de que actualmente vivan millones de indígenas en situación precaria, tanto en Méjico como en Guatemala, Perú, Ecuador, Bolivia y Paraguay. Todos mejoraron con su llegada y todos empeoraron con la independencia.
Enrique Gómez Gonzalvo, 9-04-2022, Referencia 511