
La ecología estudia la relación de los seres vivos con la naturaleza. Ecologismo es el movimiento que propugna la defensa de la naturaleza buscando la armonía de los seres humanos con ella. Aunque el amor por la naturaleza comienza tímidamente con la Ilustración en el siglo XVIII y con el Romanticismo el ecologismo, como ideología y movimiento político, aparece conjuntamente en el siglo XX con el nazismo, el comunismo y el fascismo.
Todos queremos dejar la Tierra en las mejores condiciones posibles a las generaciones futuras protegiendo nuestro entorno y todos los seres vivos, pero cuando dichos fines se anteponen a otros valores como la libertad, la igualdad, la justicia o los derechos individuales, ese movimiento puede producir mayores daños que beneficios a la humanidad.
En su grado más extremo, el ecologismo deifica el planeta Tierra y en lugar de ponerla a nuestro servicio pretende la subordinación de la humanidad, pues considera que el hombre es el gran depredador y el responsable de todos los males que afectan a la naturaleza y al medio ambiente. De aquí a considerar a la madre Tierra como una diosa como en el Paleolítico solo hay un paso.
Hay cierta semejanza con otra ideología: el nacionalismo. En ambos casos se habla de los derechos de los territorios y de los seres vivos, pero no de los derechos del individuo, el primero de ellos es la eliminación del hambre en el mundo.
En nombre del ecologismo se han producido muchas barbaridades. El primero fue la prohibición del DDT en 1972 llegando a pronosticar toda clase de desgracias con su uso prolongado, entre ellas la desaparición de los pájaros del mundo. Se trata de un insecticida descubierto en 1948, por el cual el químico suizo Muller recibió el Premio Nobel de Medicina y es extraordinariamente eficaz contra los insectos, entre ellos el vector del paludismo. En el año 2006, la OMS volvió a permitir su uso.
También se oponían los ecologistas a la llamada revolución verde. Esta se produjo en los EE UU ente 1940 y 1970. Consistió en utilizar variedades mejoradas de maíz, trigo y otros granos, cultivando una sola especie en un terreno durante todo el año (monocultivo) y aplicando grandes cantidades de agua, fertilizantes y plaguicidas. Con estas técnicas la producción es de dos a cinco veces superior a la que se obtiene con las tradicionales, consiguiendo la disminución del hambre especialmente en India y China.
Los ecologistas están contra el uso de la energía nuclear y contra la construcción de nuevas centrales nucleares que proporcionarían la energía barata que precisa el tercer mundo para su desarrollo.
Tampoco aceptan los alimentos transgénicos, que son los que proceden de plantas a las que se les ha incorporado un gen de otra especie para aguantar mejor plagas y la sequía. Esta ha sido la mayor innovación en la producción de alimentos que se ha producido en los últimos tiempos y no ha habido un solo incidente adverso, ni para la salud humana ni para el medio ambiente.
También se opusieron al trasvase del Ebro que propuso Aznar dentro del Plan Hidrológico Nacional, pronosticando toda clase de daños al medio ambiente y de desastres ecológicos ¡uno de ellos sería la desaparición de la nutria!
La ONG el Club de Roma en 1972, en su informe sobre el crecimiento llegó la conclusión que existe un límite al crecimiento económico y que de mantenerse los ritmos actuales de crecimiento demográfico, pronosticaba la escasez de los recursos alimenticios con una hambruna generalizada.
Los partidos ecologistas no cesan en sus pronósticos agoreros: el planeta tierra se deteriora, nos quedamos sin recursos, el aire y el agua son cada vez más escasos y sucios, las especies animales se extinguen a velocidad de vértigo, los arrecifes de coral mueren, el clima se calienta… La realidad es que las fuentes de energía no están escaseando, más bien todo lo contrario, la ciencia y la tecnología han mejorado los sistemas de producción de alimentos hasta el punto de garantizar el suministro a millones de personas. La esperanza de vida al nacer ha aumentado y, según la ONU, hemos reducido los niveles de pobreza más en los últimos 50 años que en los 500 anteriores.
Enrique Gómez Gonzalvo, 29-03-2022 Referencia 66