LA AUTOCONCIENCIA

 Autoconciencia es el conocimiento de la propia existencia. Es el llamado “sentido del yo”. Es la capacidad de reconocerse ante el espejo como un ser único y diferente al resto del universo.

 La autoconciencia es una capacidad   exclusivamente humana, si bien,  puede haber indicios en algunos chimpancés,  delfines, ballenas y últimamente se dice   en elefantes.  Pero, si no  somos los únicos que tenemos conciencia de nuestra propia existencia si somos los únicos que somos conscientes de que somos conscientes.

Los animales, al descubrir su reflejo  ante  el espejo, se comportan como si vieran un sujeto desconocido de su misma especie y sexo. Se suele acompañar  de  intentos de  agresión hacia el intruso o de manifestaciones de afecto.  El bebé, por el contrario,  a partir de los 18 meses de edad y, más claramente, a partir de los 2 ó 3 años, ante el espejo muestra  conductas de curiosidad hacia su propio cuerpo o comportamientos  de juego. Si  se le pinta previamente  una marca en la frente se sorprenderá y, guiándose con el espejo, intentará quitársela.

 A los cuatro años se desarrolla  conciencia social,  que consiste en entender  que los demás pueden tener intenciones diferentes a las nuestras  y  somos capaces de engañar y de consolar.

 La autoconciencia  sigue siendo un enigma  para la ciencia. No sabemos como las descargas  de millones de neuronas pueden producirla. Históricamente estas cosas se relacionaban  con el alma, el  espíritu o la parte espiritual de nuestro ser, pero  la neurociencia no entra en valorar estos conceptos y afirma que el “yo” es una construcción cerebral. 

En medicina  se dice que una persona es consciente cuando tiene conocimiento de lo que hace,  que los actos voluntarios  son conscientes y los involuntarios no lo son. Cuando hay una pérdida de conciencia, si es de corta duración, hablan de síncope o desmayo y si se prolongan dicen   que está en  coma. Si  hay  menor lucidez mental, por ejemplo tras un traumatismo, intoxicación o enfermedad, se afirma que  hay una disminución del nivel de conciencia.

Hay otra acepción de la “conciencia”  y es la religiosa, que se refiere a la ética y la moral. Sería algo así como “la voz de Dios”,  lo que nos dice si lo que hacemos está bien o mal.

Enrique Gómez Gonzalvo 25-02-2022 Referencia 511


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