
En España la extrema derecha prácticamente no existe. Su peligro para la democracia es un invento de la izquierda porque es tan minoritaria, tan insignificante que, desde Blas Piñar con Fuerza Nueva en el año 1979, nunca más ha conseguido representación parlamentaria.
Lo que caracteriza a la extrema derecha es la pretensión de un estado grande y autoritario, “un estado fuerte” que invada funciones que correspondan a la sociedad civil. Es la supremacía del estado sobre las personas y la nación.
El Estado es imprescindible y su función principal es la de conseguir la convivencia de la nación obligando a los ciudadanos al estricto cumplimento de las leyes. Para ello posee el monopolio de la violencia y por eso dispone de la policía y de las fuerzas armadas que pone a su disposición el gobierno democrático. Sin embargo, el poder del Estado hay que limitarlo para garantizar los derechos fundamentales del individuo en los diversos aspectos de la vida, sobre todo en cuestiones económicas y en la vida social. Es lo que pretende el liberalismo, frente a la extrema derecha y la extrema izquierda
En la Unión Europea el único partido de extrema derecha realmente importante, con serias posibilidades de llegar al poder, es el Frente Nacional en Francia. Lo fundó en 1972 Jean-Marie Lepen, antisemita y amigo del partido baasista de Saddam Hussein. Marina le Pen, su hija y sucesora, ha anulado la animadversión contra los judíos y va contra los islamistas si no aceptan las reglas de juego de la República. Por lo demás continúa como un partido antiliberal, profundamente intervencionista y estatista que pide un ´´estado fuerte”, insistentemente, en los mítines. Les votan los que creen que en Francia hay una pérdida de identidad nacional por la imposición de valores extranjeros, porque se favorece el multiculturalismo y porque, como ocurre en España, hay una marginación de la religión tradicional y de los valores tradicionales.
Como los extremos se tocan el programa económico de la extrema derecha es muy próximo al de los comunistas: nacionalizaciones, salida del euro, más gasto público, intervención de los grandes sectores económicos (alimentación, agricultura, energía, transportes), impuestos a los beneficios de los accionistas de las grandes empresas, etc.
Entre nosotros, tanto VOX, como el Partido Popular y Ciudadanos defienden España, la Constitución, la propiedad, las tradiciones, la libertad individual, la igualdad ante la ley y la familia. VOX hace más hincapié en la defensa de nuestra nación, de nuestra historia y de nuestra tradición, incluyendo los valores cristianos de los antepasados, pero no es extrema derecha porque se trata de un partido profundamente democrático.
Enrique Gómez Gonzalvo 24-11-2021 Referencia 475