Jordi Pujol en 1974, cuando fundó Convergencia Democrática de Cataluña, diseñó un plan diabólico para conseguir la independencia de Cataluña. La esencia consistía en modelar la sociedad catalana, para obligarla a obedecer. Los medios utilizados para conseguirlo eran la prensa, las televisiones y las escuelas. Y el instrumento utilizado, la lengua.
Boadella lo expresó muy gráficamente diciendo que los catalanes han sido domados para comerse cualquier cosa que les echen.
Se trata de inculcarles la idea que los que viven en Cataluña, aunque hayan nacido allí y sean más de la mitad de la población, si no hablan catalán no son catalanes. Ese colectivo será marginado políticamente, odiado e insultado por el propio Presiente de la generalidad, que dijo hablaban la lengua de las bestias.
Iceta, el secretario general de los socialistas catalanes, dice que hay que esperar 10-15 años para convocar el referéndum, porque confía que entonces estarán bien domados, pero no solo los catalanes sino todos los españoles.

Lo trágico de esa doma, es que no ha encontrado resistencia. Casi todos proponen el diálogo con los nacionalistas. Y el diálogo significa rendición.
El culpable del proceso ha sido Jordi Pujo, pero los responsables han sido son todos Jefes de gobierno desde la transición: Felipe González, José M Aznar, Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Todos, en lugar de pactar la investidura y los presupuestos con el partido más votado, lo han hecho con los nacionalistas cediendo a sus exigencias. El plan de desconexión estaba totalmente perfilado desde el año 2.000 y lo conocía todo el mundo.
La rendición del Partido socialista a los nacionalistas catalanes empezó en el 79 cuando Felipe González y Alfonso Guerra, que disponían entre el 25 y el 30 % del voto catalán de procedencia mayoritariamente andaluza, lo entregaron al PSUC, pequeño partido de los señoritos catalanes que se proclamaban socialistas y a los que no votaban casi nadie.
Posteriormente Zapatero convenció a Maragall que apoyara el nuevo estatuto, que fue declarado inconstitucional en 14 artículos.
Más tarde, Montilla, socialista y presidente de la Generalidad, convocó la gran manifestación contra el Tribunal Constitucional por haber declarado el estatuto anticonstitucional.
Todas las televisiones y los periódicos catalanes apoyaron el proceso. No fue casualidad. Las televisiones son concesiones de la Generalidad y los periódicos reciben subvenciones. Ningún medio de comunicación apoyó a ese 40 % de catalanes no independentistas.
También es culpable el Vaticano. El papa Francisco nombró a Juan Planelles, antiguo párroco de Jafre, uno de los curas separatistas más radicales de Cataluña, arzobispo de Tarragona. El 11 de Septiembre de 2012, con motivo de La Diada, ondeó durante varios días la estelada en el campanario de la iglesia de Jafre. Ante las protestas de la esposa de Boadella, residente en esa población, el cura le dijo que si no les gustaba el pueblo, que había otros. Y que si no les gustaba la bandera, que pusiera la española en su balcón.
A pesar de estos apoyos, según un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat
(CEO), más de la mitad de los catalanes no apoyaría un hipotético Estado independiente. Perol os nacionales insisten en conseguir su objetivo final y el gobierno de Sánchez insiste en el diálogo.
El mismo camino que Cataluña lo están siguiendo el País Vasco, Baleares, Galicia, Canarias, Navarra y Valencia. Todos comienzan con la inmersión lingüística. Y en Valencia y Baleares el proceso lo lidera el Partido Socialista.
Enrique Gómez Gonzalvo 20-09-2021 Referencia 457