LIBERTAD O SERVIDUMBRE

                                        

 Se dice que el ser humano apetece la libertad, pero no es verdad. El homo sapiens está hecho para la supervivencia y es por eso que los  instintos más necesarios  para preservar la vida, que son el miedo, la huída y el territorio están en el cerebro más antiguo  que es el reptiliano. Por eso también el hombre para sobrevivir  se adaptó a la tiranía, como lo hizo antes a los grandes mamíferos y a las  glaciaciones.

Por la misma razón, la tendencia del ser humano al gremialismo, a la tribu y al nacionalismo es superior a su voluntad de ser libre y esto se ha  acentuado, por otras razones,  con  la modernidad. Con la expansión sin límites del “estado de bienestar y el aumento progresivo de los servicios básicos a los ciudadanos, la gente empezó  a creerque el Estado debe garantizarles la vivienda, la sanidad, la educación y todo lo que se les ocurra. Olvidan que el dinero del Estado proviene de los ciudadanos y no al revés. Se produce lo que se ha dado en llamar una  infantilización de la sociedad, que convierte a los humanos en seres indefensos cuyo tutor, el Estado, debe proteger. Entonces se produjo el adiós a la responsabilidad individual y la  bienvenida al paternalismo.

Lo malo no es la esclavitud sino el hecho de conocer su repugnante naturaleza y no combatirla. Lo malo no es el crimen sino aceptarlo como algo natural y tratar de congraciarse con los criminales para obtener su protección y soñar con la inmunidad. Lo malo no es la servidumbre sino aceptarla voluntariamente y no  defender la  libertad. Lo malo, con ser horrendo, no es la discriminación que el Islam impone a las mujeres sino que haya mujeres que no la padecen, porque no han nacido a la  sombra del Corán,  y no   piden respeto  para las víctimas sino para los verdugos.

Frente a los que prefieren no ser persona y vivir pegado a los demás, apartados de las responsabilidades, están los que piensan que para ser persona es necesaria la libertad. Son esos seres privilegiados que son algo más que una máquina de comer, beber, consumir y procrear.  Son los que se juegan la vida por la libertad,   no por la supervivencia material sino por la supervivencia moral. Eso es  la civilización.

No es casualidad que en las Cortes de Cádiz, en lugar de derecha e izquierda, los españoles quedaron divididos en liberales y serviles. Los  que defendían las libertades, la igualdad ante la ley y las reformas, frente a los  que defendían el absolutismo y gritaban ¡vivan las caenas! El trienio liberal duró solo eso, 3 años. Pronto triunfaron los que preferían “las caenas.”

      Enrique Gómez Gonzalvo Terminado  14-09-2021 Referencia 426


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