Los partidos de derecha en España son Partido Popular y VOX. La adscripción a la derecha de la antigua Convergencia de Cataluña y del PNV es secundaria, lo fundamental es su carácter independentista. Los dos partidos defienden con eficacia y determinación nuestros valores democráticos, de libertad e igualdad y un sistema económico, la economía de mercado, que han permitido las mayores cuotas de prosperidad y bienestar que jamás hemos tenido. Abogan especialmente por la unidad nacional, la Constitución, la monarquía parlamentaria, el liberalismo económico y el estado de Israel.
Ninguno de los dos defiende el intervencionismo económico, como hace la extrema derecha de Le Pen y los partidos de izquierda, sino el libre mercado y el liberalismo económico. Están orgullosos de la civilización española, que comenzó, aunque los catalanes no lo admitan, en Andalucía con los tartesios. Si bien fueron los Reyes Católicos, que para los progres son la fuente de todos nuestros males, los que terminando la Reconquista y reunificando los reinos cristianos de la Península, sentaron las bases del Estado español.
Cada uno puede calificar a VOX como le de la gana, pero es más bien un movimiento patriótico que surgió con fuerza tras el hecho gravísimo del referéndum ilegal del 1 de Octubre y la posterior proclamación de la República catalana. Surgió por la unidad nacional, por la libertad de los españoles, por la igualdad en todo el territorio nacional, por la inmigración ilegal, por el terrorismo islámico y por la imposición de lo políticamente correcto del pensamiento progre.
Esta derecha política es la heredera de la que hizo hace 40 años una transición absolutamente extraordinaria, casi milagrosa. Se instaló la democracia sin un solo muerto, sin ningún represaliado, sin ninguna víctima, con unas cortes que se disolvieron voluntariamente para dar paso pacíficamente a otras cortes elegidas por sufragio universal. Los diputados renunciaron a sus sueldos y a sus cargos y se marcharon a casa. Se quitaron de en medio para no estorbar, porque la transición la hicieron los franquistas, que contaban con el visto bueno del ejército, pactando con el único partido que había entonces en la oposición que era el PC de Santiago Carrillo, que también quería la democracia.
En estos 40 años, la derecha siempre ha gobernado mejor que la izquierda y la mejora en las condiciones de vida de los españoles ha sido extraordinaria. Sin embargo, en lugar de estar orgullosa de si misma, la derecha ha claudicado ante la izquierda porque la considera moralmente superior. Esto explica que el falangista Adolfo Suárez, que venía del Movimiento Nacional, se hiciera centrista, entrara en la internacional en la que estaba Arafat y llegó a decir que estaba a la izquierda de Felipe González.
Enrique Gómez Gonzalvo 11-11-2021 Referencia 453