
La Ilustración es la culminación del racionalismo renacentista. Es el espíritu del Renacimiento llevado hasta sus últimas consecuencias. Representa el triunfo de la razón sobre la superstición.
Es cierto que puso los cimientos mentales para una sociedad laica, abierta y tolerante, de una sociedad regida por la libertad política y la igualdad civil. Pero la Ilustración cometió muchos errores, quizá el mayor fue la creencia en la bondad natural del hombre. Esta idea viene de Rousseau, que nos dijo, en su obra el Buen salvaje, que el hombre es bueno, pero que lo corrompe la sociedad. Creía que, combatiendo la ignorancia, la superstición y la tiranía, mediante la razón y la educación, se crearía un hombre nuevo en un mundo feliz.
El segundo error fue el optimismo. El ilustrado pensaba que la naturaleza es una especie de máquina perfecta que lo hace todo bien y donde no hay errores. Cree que el hombre con el pasar de los siglos se va perfeccionando, así llegará un momento en que se habrá construido una especie de paraíso en la tierra.
Pensaban que la Naturaleza había creado al hombre para que fuera feliz. No es verdad. No hemos nacido para ser felices, el objetivo de la vida humana, como el de todos los seres vivos es, solamente, la supervivencia.
También se equivocaron cuando, al rechazar las religiones reveladas y al considerar que todas religiones valen lo mismo, equipararon el cristianismo con el islam.
Finalmente, la ilustración produjo un rebrote del nacionalismo. Es el regreso a la tribu debido al temor y la inseguridad que siente el hombre ante el incierto futuro. Pero esa tribu, que acoge paternalmente al individuo y a la que quiere volver, no ha existido nunca. Es una quimera, un mito, que además, inevitablemente, genera violencia.
Para Rousseau, al que se le considera el paradigma de la Ilustración, el origen del Mal con mayúsculas, estuvo en la aparición de la propiedad privada, que creó fronteras entre los hombres y trajo como consecuencia la aparición del poder, de la jerarquía y de la competencia. No se dio cuenta que, la defensa de la propiedad, de las ideas, del derecho de reunión, de asociación o de expresión, es la defensa de la libertad.
Siguiendo a Rousseau, si los hombres cedieran todos sus derechos a la comunidad, como explica en el contrato social, el Estado tendría un poder absoluto sobre el individuo. La Escuela de Salamanca y Locke propugnaron las libertades individuales.
De la Ilustración surgieron dos vías. La que creía en los derechos individuales, nos condujo as liberalismo. Pero la que pensaba que los derechos individuales no existen, que lo fundamental son los derechos colectivos, que el individuo no cuenta, que incluso se puede sacrificar una generación si ello es bueno para el Estado, nos llevó al nazismo y al comunismo.
Enrique Gómez Gonzalvo 30-08-2021 Referencia 447