
Con la reforma de la ley educativa, conocida como ley Celaá, el español podrá dejar de ser la lengua vehicular en la enseñanza y ser sustituido por el idioma regional en la Comunidad que lo desee.
Tras la caída del Imperio romano, en toda España como en el resto de del Imperio, el latín vulgar se fue modificando de forma diferente en cada región, valle o comarca. Así surgieron las lenguas romances y otras formas de hablar que no llegaron a ser idioma y se quedaron en bables, dialectos, fablas o como se les quiera llamar. Es el caso del chapurreao en La Franja, el fragatino en Fraga o el aragonés antiguo en algunos valles del Pirineo.
Solo cuando la lengua es hablada por millones de personas es cuando se inicia la producción literaria. La del español tuvo lugar a partir del siglo XV y sobre todo en los siglos XVI y XVII. Actualmente es la primera literatura del mundo y solamente la Ilíada y la Divina Comedia resisten la comparación con El Quijote.
En el actual Estado de las autonomías, lenguas y dialectos regionales han tenido que ser modificados para que pudieran ser operativos. Es lo que ocurrió en el País Vasco donde hicieron el euskera batua con cinco dialectos o en Cataluña, donde tuvieron que imponer el catalán de la Pompeu Fabra que es el de Barcelona.
En Andalucía trataron de codificar el “habla andaluza”, pero es que el habla andaluza no es una lengua diferente al castellano. Solo es una forma especial de pronunciación, el llamado acento andaluz, cariñoso y simpático, pero el de Jaén es diferente al de Málaga, el de Málaga al de Almería y en Almería se habla como en Murcia.
En Asturias, por la falta de un escaño, el Partido Socialista no les ha obligado a los asturianos que aprendieran la fabla asturiana.
En la Comunidad Valenciana, en la provincia de Alicante, Elda y Petrel dos poblaciones separadas por una calle, en la primera se habla castellano y en Petrel valenciano. En Torrevieja se habla más ingles e incluso ruso que valenciano, que no se habla nada. El Gobierno social comunista de la Comunidad Valenciana no trata de imponer el valenciano sino el catalán. En los colegios públicos de la Comunidad, en algunos cursos, no se puede estudiar ni una hora a la semana el español.
Poseer una lengua común, como ocurre en España, es un valor enorme, no porque sea nuestro idioma sino porque permite la comunicación de 47 millones de personas en España y 500 en total. Es la segunda lengua más hablada del mundo, después del chino mandarín, la tercera en internet y la segunda en los Estados Unidos. Su potencial es enorme, es un bien a preservar y una fuente de ingresos. Arrinconar el español, colocar barreras lingüística y prohibir hablarlo empobrece a los ciudadanos.
Isabel Celaa, la recientemente cesada ministra de Educación insistía en que la inmersión lingüística es como el español que llega a Londres y tiene que aprender el inglés o como un magrebí que llega a España. Han hecho a muchos españoles extranjeros en su tierra.
Enrique Gómez Gonzalvo 9-08-2021 Referencia 637