
El hombre, por el hecho de existir como hombre, tiene unos derechos naturales y debe ser tratado dignamente. El primero es el derecho a la vida y el segundo el derecho a la libertad.
La libertad lleva implícita la propiedad. La propiedad del individuo sobre sí mismo y sobre el producto de su trabajo. La dictadura de Castro ha durado tanto tanto porque, al suprimir la propiedad privada, no se pueden rebelar. No pueden protestar en ningún periódico ni en ninguna radio porque todas son del dictador. Si uno habla mal de él, le quitará la cartilla de racionamiento y no encontrará empleo porque todos los regenta él.
Siempre ha ocurrido así en la historia. Al esclavo no se le autorizaba la propiedad privada y así no se podía rebelar. Espartaco pudo hacerlo en el año 73 antes de Cristo porque, como gladiador, tenía el derecho de propiedad sobre sus armas.
Por eso los enemigos de la libertad empiezan suprimiendo la propiedad. Pero el hombre, desde el comienzo de la civilización, siempre ha querido ser libre, poseer cosas y estar protegido por la ley.
Ante la propiedad hay dos posturas contrapuestas, una viene de Locke y la otra de Rousseau. Al escocés John Locke (1632-1704) le preocupaba sobre todo la libertad y para protegerla de los abusos del Estado era fundamental garantizar el derecho de propiedad. Al suizo Jean Jacques Rousseau (1712-1778) le preocupaba más la desigualdad y pensaba que todos los males de la sociedad moderna y en especial la desigualdad, se deben a la existencia de la propiedad privada.
Locke, considerado el padre del liberalismo, tuvo una influencia trascendental en los fundadores de los Estados Unidos y de las democracias liberales. Rousseau por el contrario influyó en Carlos Marx y en los socialistas de todos los tiempos. El comunismo, en esencia, es la negación de la propiedad y de la libertad.
Los resultados de ambas posiciones han sido muy diferentes. Las naciones que protegen la propiedad privada y viven en un Estado de derecho son prósperas, reducen la pobreza y mejoran las condiciones de vida de sus habitantes, mientras que las naciones que han abolido la propiedad privada quedan sumidas en la pobreza, el estancamiento económico y están bajo el yugo de gobiernos tiránicos.
Según Germán Yanque la duda en estos conceptos es la causa de los complejos de la derecha.
Enrique Gómez Gonzalvo 06-08-2021 Referencia 431