LA MASONERÍA

                                            

Según la RAE, la Masonería es una  sociedad secreta de ámbito internacional y estructura jerárquica, basada en la fraternidad entre sus miembros que  se agrupan en las llamadas logias.

Esto no es decir mucho. La masonería es una secta de poder. Es una secta porque tiene un carácter secreto, al que ellos lo llaman “discreto”. En democracia hay transparencia, luz y taquígrafos y en las sectas hay  oscurantismo. Pero, si no hacen nada malo ¿Por qué se ocultan? Como en todas las sectas, su finalidad es el poder, el  poder político, que es el verdadero poder y  el poder económico.

 La masonería es “una cosa” anticatólica, anticristiana y anti historia de España.  Además de la aversión al cristianismo, se caracteriza por  el buenismo, el pacifismo y la tolerancia con los que amenazan nuestra cultura. Afirman  estar  por encima de las religiones y profesar la religión “natural” que, dicen, es común a todo el género humano. Y omo no les gusta Roma y la Cruz,  no  les gusta España.

 Según la leyenda rosa difundida con gran empeño por sus  seguidores, esta “orden” se dedicaría especialmente a obras filantrópicas y humanitarias, a elevar el nivel moral de sus integrantes y de la sociedad en general, cultivando la tolerancia  y fomentando  la bondad humana. Es evidente que para eso no hay la menor necesidad de crear organismos secretos ni siquiera “discretos”, ni de cultivar una estrecha “hermandad” casi mística  entre sus miembros o de orquestar una parafernalia realmente chocante de símbolos, atuendos,  ritos y demás.

 En la práctica, es un medio privilegiado para la conspiración política, antidemocrática por supuesto,  para la corrupción, el enriquecimiento  y el triunfo profesional de sus miembros.

Pero, como mejor se conoce es analizando lo que han hecho masones de alto rango, como  Giscard d’Estaing o el actual George Soros. 

El primero, Giscard d´Estaing,  Presidente de la República  Francesa entre 1974 y 1981, llegó al grado 33, el más alto de la organización. Fue el protector del emperador centroafricano Bokassa, que le obsequió con una gran suma en diamantes. Entre otras hazañas  de este déspota (Bokassa)  está la de haber masacrado a 100 niños en la cárcel  de Bangui y haber devorado su carne.

 Siguiendo con el Sr. Giscard, lo más llamativo durante su época de gobierno fue que, no sabiendo en representación de quién, erigiéndose en padre de la constitución europea,  se negó a que figurara en el preámbulo de la misma los orígenes cristianos  de nuestra civilización.

Durante su presidencia de la República francesa  apoyó a  ETA y boicoteó los esfuerzos de Madrid en la persecución de la banda terrorista,  que tenía  en Francia un santuario seguro desde el que planificaba sus crímenes. Fue la época de mayor auge de la organización terrorista con 85 asesinatos en 1979 y un centenar en 1980. Estas cifras condicionaron la política española y actuaron como uno de los motores de la intentona golpista de febrero de 1981.

 Tras los atentados del 11 M de 2004,  vino a España dando  la impresión  que era para  darle instrucciones a Rodríguez Zapatero, a la sazón Presidente del gobierno.

George Soros es en la actualidad uno de los masones con más poder. Judío nacido en Hungría y ciudadano norteamericano, el 16 de septiembre de 1982 hizo quebrar al Banco de Inglaterra tras ganar en un solo día 16.000 millones de dólares.

 En una entrevista reciente, confirmó que cuando era joven, por dinero  ayudó a los nazis a deportar a otros judíos a las cámaras de Auschwitz. Sorprendida la periodista, le respondió que si no hubiera sido él, otros lo habrían hecho.

Santiago  Abascal ha dicho que con sus ONGs  impulsa el tráfico de seres humanos  y que es uno de los personajes más siniestros de la actualidad.

Ha financiado el separatismo de Cataluña y según OK Diario,  el 28 de junio del 2018 se reunió en secreto con Pedro Sánchez en la Moncloa. ¿Qué tramarían? Seguro que nada bueno.

No creyendo en conspiraciones ni en conjuras es evidente que los masones  han mandado y mandan mucho en España. En las primeras Cortes de la República había más  hermanos  masones (180 sobre un total de 458 diputados), que miembros de cualquier otro partido. Esto ayuda a entender, entre otras cosas, el marcado sesgo anticatólico, más que laico, de aquel parlamento y sus consecuencias desestabilizadoras. 

Actualmente en España, los masones  están infiltrados especialmente en justicia,  educación  y sobre todo, en los medios de comunicación. También en la Iglesia.   

Jiménez Losantos ha  revelado  que Cañizares le reconoció que en el último cónclave había ‘bastantes cardenales masones.’

           Enrique Gómez Gonzalvo  4/07/2021 Referencia 452


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