
Hace 10 años, el 15 de Mayo de 2011 se produjo una acampada masiva de varias semanas de duración en la Puerta del Sol de Madrid. Era ilegal, pero fue tolerada por el entonces ministro de Interior Pérez Rubalcaba del gobierno de Rodríguez Zapatero.
España sufría una grave depresión. La mala gestión de la crisis económica que se había iniciado en 2009 nos había conducido a 5 millones de parados con el 45 % de los jóvenes en desempleo. A ello había que añadir el cansancio por los privilegios y la corrupción de la clase política. El Partido socialista utilizaba el dinero de los EREs destinado a los parados (680 millones de euros) para financiarse y llenar los puticlubs de Andalucía.
El resentimiento y el rencor que apareció en una parte de la sociedad española, especialmente en la juventud, es lo que motivó aquella protesta, a la que se unieron los antisistema y los que siempre pescan en río revuelto, es decir, los comunistas.
Por las mismas fechas, para calentar el ambiente se produjo el apaleamiento de una joven discapacitada, que iba en silla de ruedas a un acto de la jornada mundial de la juventud, relacionado con la visita del papa Benedicto XVI a Madrid. Al ver los colores amarillo y blanco del Vaticano, junto al rojo y amarillo de la enseña nacional, unos jóvenes supuestamente ingenuos, pero en realidad llenos de odio a España, a la Iglesia católica y a la Civilización occidental, golpearon y tiraron de la silla a la joven católica. No se sabe si en el acto participó Echenique. Naturalmente, los agresores no fueron condenados.
Aquellos jóvenes de la Puerta del Sol, imitando consciente o inconscientemente la revuelta de París de Mayo del 68, utilizaron eslóganes análogos “apaga la televisión, enciende tu mente”, “si te fías de tu banco, acabarás durmiendo en uno”. Quizá no recordaban que los que quebraron en el 2008 no fueron los bancos, sino las cajas de ahorro regentadas la mayoría por socialistas, comunistas y sindicalistas y que el rescate pagado por todos los españoles costó algo más de 40.000 millones de euros.
En el actual aniversario, algún cursi ha dicho que aquello fue una ilusión que se marchitó. Allí no se marchitó nada. No trataban de cambiar el modelo económico por otro de tipo liberal con menor intervencionismo del Estado y con la realización de profundas reformas en la economía. No pretendían un cambio de la política sino de los políticos, a los que llamaban “la casta”, sino de ocupar su lugar. No era para bajar los impuestos sino para subirlos y ellos, repartirían el dinero que les debería llegar a raudales, entre los suyos.
La acampada se terminó, pero de aquél ambiente agitador y subversivo surgieron dos partidos comunistas Podemos en el 2014 y Mas Madrid, como escisión del anterior, en el 2018.
Enrique Gómez Gonzalvo 1-07-2021 Referencia 600