
Europa es una comunidad política, cultural y socioeconómica siendo las fuentes de su cultura la filosofía griega, el cristianismo y el derecho romano. De estos tres factores, la fuerza dominante ha sido el cristianismo, que es la estructura moral e ideológica de Europa. Y así como Arabia no se entendería sin el islam, Europa no se comprendería sin el cristianismo. Tal era la influencia del cristianismo que, hasta la época de los grandes descubrimientos y de la Ilustración en que se cambió el apelativo por Occidente, a Europa se le conocía por el nombre de la Cristiandad.
¿Qué hubiera sido de Europa sin San Agustín, Erasmo, la Escuela de Salamanca la cultura monástica, el tomismo, los místicos, el derecho natural y la creencia en el libre albedrío? Los valores que nos ha dejado el cristianismo, muchos de ellos tomados del racionalismo griego, son el respeto a la dignidad humana, la protección de la libertad, la tolerancia, el deseo de igualdad, el imperio de la ley, la representación democrática, la separación de poderes, la propiedad privada y la solidaridad. Un europeo puede no creer en la verdad de la fe cristiana, pero buena parte de lo que dice, cree y hace, surge de su herencia cultural cristiana.
Los occidentales, agnósticos o no, practicantes o no, somos cristianos, no porque tengamos fe, que podemos haberla perdido, y esto colectivamente importa poco, sino porque estamos educados en los valores del humanismo cristiano, que es donde tienen su origen los derechos humanos. De ahí viene que éstos se respetan solamente donde hay cristianos y no donde son musulmanes.
La idea de la igualdad entre todos los seres humanos, que supuso un avance moral en la civilización occidental, es una idea cristiana. Y de ahí viene la Declaración de los derechos humanos defendida por la Revolución francesa.
Europa, y especialmente España, vive un período de cristiano fobia que se hace patente en el hecho que se consienten y celebran las mofas públicas que se hacen a la religión cristiana, mientras se persiguen y rechazan las que se hacen a otras religiones, si es que alguien se atreve a hacerlas.
El abandono de las raíces cristianas por parte de Occidente (Europa y Norteamérica sobre todo) por acción de la izquierda y omisión de la derecha, si se consuma, será una catástrofe de consecuencias imprevisibles. Mucho más cuando el islamismo y no sólo con atentados, pretende adueñarse ideológicamente de nuestra civilización
Europa correría el riesgo de despeñarse en el relativismo nihilista que niega toda creencia, principio o dogma, ya sea de carácter religioso, político o social.
Enrique Gómez Gonzalvo 22-06-2021 Referencia 419