LOS ENEMIGOS DE OCCIDENTE

                                       

Los europeos creemos  que nosotros,  los muy laicos, tolerantes y civilizados europeos, encarnamos el modelo ideal que todos los demás habitantes del planeta ansían imitar y reproducir, pero ello no es cierto en todos los casos. Algunos querrían ocupar nuestros campos, nuestros valles y montañas, pero no, nuestra civilización.  Y, por supuesto, también tenemos enemigos.

 Rusia, por ejemplo, está dirigida por el dictador Putin, antiguo dirigente de la KGB de la Unión Soviética, que ha reconstruido  su  maquinaria militar y policial  y puede amenazar Europa con sus  enormes reservas de gas en Siberia.  Ángela Merkel, cerrando centrales nucleares, ha hecho que Alemania dependa cada vez más de los hidrocarburos rusos.

El brexit  fue ampliamente apoyado desde Moscú y cualquier partido euroescéptico que triunfe en Europa,  sabe que puede contar con abundancia de rublos para hacer su proselitismo antieuropeo. Existen pruebas que Rusia ha apoyado el  independentismo catalán.

 China con 1.500 millones de habitantes y aunque  un tercio de la población tiene una renta de 6 a 9 dólares diarios y en algunas zonas no se supera el dólar,  tras la descomposición del régimen soviético  ha prosperado mucho.

 El 40% de la deuda americana está en manos de  China y  ha comprado media África. Actualmente  es ya la segunda potencia más importante del mundo, militarmente la tercera después de EE UU y Rusia. Con su rearme  está consiguiendo  ser la reina del Pacífico Sur, el antiguo Mar de China, que llega hasta Oceanía.

El gran problema que tiene es que, como en un momento decidieron los jerarcas comunistas que los chinos solo tuvieran un hijo,  ahora es un país de viejos, todavía más que España.

Este inmenso poder en manos de unos dirigentes que están por encima de la ley   y  que continúan con   el pensamiento Mao TSE TUNG que consiste en que el que manda hace lo que le da la gana, es  muy peligroso.

El mundo musulmán. El mayor problema que tiene Europa es la inmigración ilegal y el terrorismo islámico, ambos íntimamente unidos.

En el mundo islámico existen dos facciones. Los  sunitas de  Arabia Saudí nos parecen mejores porque son aliados de Estados Unidos, pero son los que pagan las mezquitas que ha llevado el extremismo a todo el mundo. En cuanto a  los chiitas de Irán,  son los que le pagaban a Pablo Iglesia el programa la tuerca para hacer publicidad contra España y contra Occidente.  Es por esto que  Podemos, a la teocracia saudí la llama  “teocracia asesina” y cuando hablan de  la venta de armas a Irán dicen  que “la geopolítica es así, que  no vamos a ser los únicos imbéciles que no hagamos política cuando todo el mundo la hace”.

Las dos facciones, en guerra entre ellas,   nos odian igual porque somos infieles. Ambas  son anti occidentales  y antieuropeas dispuestas a matar infieles para ir al paraíso. “Es la guerra santa, idiotas” que diría Arturo Pérez-Reverte.

Esta guerra  no se ganará con el buenismo de Occidente  diciendo que queremos  ser  sus amigos  y elogiando El Coram, sino combatiendo el terrorismo y controlando las fronteras para que no pasen yihadistas, pero sobre todo en el terreno ideológico, dada la superioridad moral de nuestra civilización.

             Enrique Gómez Gonzalvo   10/06/2021 Referencia 404


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