MOROS Y CRISTIANOS

                                        

El diario El País en su edición del 2 de octubre de 1918, aseguraba que la reconquista cristiana sobre los musulmanes nunca existió. Para el diario “progre”, siempre al servicio de la izquierda antiespañola y en contra del gran historiador Claudio Sánchez Albornoz, presidente de la República en el exilio, los reinos cristianos no reconquistaron  la Península Ibérica.

A los niños de nuestra generación  nos  enseñaron que los árabes no entraron pacíficamente en la Península sino que la conquistaron a sangre y fuego. Que la convivencia de conquistadores y conquistados, como  ha ocurrido siempre en la historia,  fue difícil y los cristianos y los judíos sufrieron  una humillante y empobrecedora discriminación. Que en el siglo XI, cuando la unidad de Al-Andalus desapareció y surgieron los reinos de taifas, su situación empeoró tanto que miles de mozárabes prefirieron la emigración a los reinos del norte a seguir en la que había sido su tierra durante siglos. En 1063 se llevaron las reliquias de San Isidoro de Sevilla a León, donde se  encuentran actualmente. En esta huida, a los cristianos les acompañaron también muchos judíos.

Al avanzar la reconquista, después  que Alfonso VI tomase Toledo en 1085, los musulmanes del Al Andalus  llamaron en su ayuda a los almorávides, a los que hoy  calificaríamos de integristas, que desembarcaron en España  en 1086, derrotaron a los cristianos en Alarcos, sometieron a las taifas y convirtieron  Sevilla en la nueva capital.  

A partir de 1147, los almorávides  fueron sustituidos  por los almohades, más fanáticos  aun  que  los anteriores, que trasladaron la capital a Granada.  Como los almorávides, pronto   empezó  su decadencia y fueron derrotados por una coalición de  los reinos cristianos en  las Navas de Tolosa (1212).

A medida que avanzaba la Reconquista, los musulmanes  de los territorios conquistados prefirieron pasar al emirato de Granada, que acabó superpoblado, siendo éste uno de los motivos que retrasaron su conquista, o al Magreb, al otro lado del Estrecho, antes que vivir bajo soberanía cristiana. Esta emigración sería compensada con la repoblación  por cristianos del Norte.

 Tras el avance posterior  de Fernando III, rey de Castilla y  de León  y de Jaime I, rey  de Aragón, solo quedó el Reino de Granada que fue  conquistado  por los Reyes Católicos en 1492, volviendo a ser España nuevamente romana y cristiana.

Actualmente, en España como en toda Europa  hay una intensa inmigración de los países árabes debido a la falta de población laboral por la baja natalidad.  Pero estos visitantes que nos llegan no son ciudadanos pacíficos, son peligrosos porque su libro sagrado, El Coram, les dice que a los infieles hay que convertirlos o degollarlos y además creen  que tienen derecho a volver a España  por haberla conquistado y ocupado durante  800 años.

El flujo migratorio es tan intenso que la difunta Oriana Fallaci, afirmaba que Europa se convertirá en una provincia del Islam que se llamará Eurabia.

Además de que  la integración es imposible, el  Islam en su rama más violenta, el Yihadismo, nos  ha declarado la guerra y este  islamismo radical es actualmente el mayor peligro para Europa.  Los atentados terroristas lo son contra la Europa laica, el Occidente laico en el que no manda la religión.

 Los terroristas, generalmente nacidos en Occidente, han sido instruidos en las mezquitas, construidas  con el dinero saudí, permitidas por este Occidente estúpido que no es que  no crea en Dios ni en la Virgen ni el Niño Jesús, sino que no cree en si misma y desde esas mezquitas  es de donde se propaga el odio a Occidente.

               Enrique Gómez Gonzalvo 14/05/2021 Referencia 373


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