AUTOESTIMA INFLADA Y BAJA AUTOESTIMA

                                

La autoestima inflada es el disfraz de una baja autoestima. Son personas que se presentan como  vanidosas, histriónicas, narcisistas, egocéntricas o perfeccionistas. Todo es falso. Es la máscara que adoptan para convencer a los demás que son personas valiosas porque creen que, consiguiendo la admiración de los demás, se gustarán a si mismas, que es lo que realmente les importa. Por eso, a veces se comportan como chulos, prepotentes, pedantes, fanfarrones, presumiendo de sus riquezas y escondiendo sus defectos.

 Los que de verdad tienen la autoestima alta,  los que se saben superiores, los que se sienten seguros de si mismos, no les importa la opinión de los demás y no necesitan demostrar su valía ni que los demás se la reconozcan. Lo fundamental para tener una autoestima alta, aparte de factores genéticos, es haberse sentido querido por sus padres sobre todo a partir de lo 5-6 años que es cuando empezamos a darnos cuenta de cómo nos ven nuestros mayores.

Si la autoestima es muy elevada podría tratase de lo que los psiquiatras llaman  trastorno narcisista de la personalidad y  ese exceso de autoestima obstaculiza la interacción del sujeto con su entorno.

B aja autoestima tienen aquellas personas que se valoran negativamente, descontentas consigo mismas, que no se aceptan, que no se quieren, que les gustaría ser diferentes, que tienen la sensación de poca valía personal y que exageran la magnitud de sus efectos y errores.

 El concepto que tenemos de nosotros mismos no lo hemos adquirido contemplándonos en nuestro espejo sino buscando  en el espejo de nuestros semejantes la valoración que ellos hacen de nosotros. Es  por eso que  si los padres, parientes y otras personas importantes consideran que un niño es inteligente, ese niño tenderá a creer que él es una persona valiosa. Por el contrario, si sus amigos cercanos  lo ven como una especie de “tonto”, es probable  que su autoestima sea muy baja. Por eso la violencia doméstica y el maltrato emocional son devastadores.

  A veces se relaciona la baja autoestima con la humildad, pero son conceptos   diferentes.  La autoestima es un concepto psicológico, antes se llamaba complejo de inferioridad; la humildad, en cambio, tiene una connotación religiosa

 La humildad  es la forma de presentarse ante los demás. El término  viene del latín humus que significa ponerse a ras del suelo y está relacionado con la divinidad. El hombre, que está     por debajo de los dioses,  para relacionarse con ellos tiene que postrarse y ubicarse  más bajo en una relación desigual porque  el humilde se considera inferior. La humildad, por lo tanto, no es una virtud, es una forma de ser, una característica de la  personalidad, pero se identifica con la pusilanimidad. Se contrapone a la soberbia, al orgullo, a la vanidad. El soberbio menosprecia a los demás, el orgulloso los ignora, el vanidoso espera obtener su admiración o reconocimiento.

El humilde y los que sufre de baja autoestima  están más expuestos al desprecio del prójimo que el soberbio o el vanidoso, por lo que en casi todas las circunstancias es mejor ser un poco orgulloso que un poco humilde.

La baja autoestima afecta al 80 de la población y es más frecuente en el sexo femenino porque  el aspecto físico  influye con connotaciones negativas casi siempre.

Enrique Gómez Gonzalvo  04/03/2021 Referencia 334


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