
El 13 de agosto del próximo año 1921 se cumplirá el 500 aniversario de la conquista, no de Méjico, porque Méjico no existía, sino de la antigua Tenochlilián, capital del imperio azteca. El gobierno de Pedro Sánchez no se atreve a celebrar la conmemoración del citado aniversario porque dice que es que allí este tema es complicado.
Así como nosotros venimos de Roma que nos descubrió y colonizó, Méjico ni siquiera es hijo del imperio azteca, es hijo del Virreinato de Méjico, institución creada por el Imperio Español tras la conquista del Imperio azteca. De esta forma, aquellos pueblos en continuas guerras con sus vecinos se incorporaron a la Civilización Occidental porque a lo que allí había no se le puede llamar civilización ya que desconocían la rueda y practicaban sacrificios humanos.
Aquello era un imperio de enorme crueldad que, con armas propias del neolítico (flechas, lanzas, cuchillos de obsidiana) que habían forjado los aztecas sojuzgando a otros pueblos que son los que ayudaron a Cortes para que les liberara de la tiranía y sin cuya colaboración no hubiera sido posible.
Está claro que todos los imperios hacen uso de la violencia, pero así como los ingleses mataron a los indígenas, los españoles protegieron a los indios porque según la Corona de España, a diferencia de los negros, ellos si tenían alma y valían lo mismo que los blancos. De forma que no es que los ingleses trataran peor a los indígenas, no los trataron de ninguna manera simplemente los iban expulsando a medida que avanzaban hacia el Oeste y poco a poco se fueron desintegrando y desapareciendo.
La conquista de América no se realizó con un gran ejército expedicionario español al mando de unos generales y con un armamento unificado y poderoso. Ningún estado en aquella época hubiera tenido fondos para iniciar una empresa, la conquista de América, que no se sabía ni donde empezaba ni donde terminaba, de hecho, se creía que se trataba de Asia.
El instrumento jurídico de la conquista y la colonización fue la capitulación. Se trataba de unas concesiones reales que se otorgaban a un capitán en concreto y por la cuales obtenía el permiso para formar una expedición que tenía que sufragar de su propio bolsillo para llevar a cabo la acción conquistadora y colonizadora.Normalmente cada expedicionario llevaba sus armas: su espada y su escudo e incluso, si eran más ricos su propio caballo, algo muy valorado en la época y perderlo era una tragedia.
Con este sistema, que en realidad se basaba en una empresa privada haciendo contratos con la Corona en 50 años, un país como España que entre las dos coronas no sumaban más de 6 millones de habitantes, conquistó un continente.
El Imperio español, como el Imperio romano perteneció al grupo de los imperios generadores que dice Gustavo Bueno que son los que reproducen las instituciones de la metrópoli en las tierras conquistadas, en contraposición a los imperios de tipo colonial o depredadores. En ellos la violencia no fue incompatible con la labor civilizadora y fue mucho menor que en los imperios coloniales.
En 1821 Méjico era el cuarto país más extenso de la tierra, después del Imperio ruso, el Imperio chino y EE UU. Tras la independencia, en pocos años perdió más de la mitad de su territorio a favor de los EE UU (California, Texas, Nuevo Méjico, Arizona, Kansas, Wyoming y Oklahoma).
Lo que ocurre es que así como otros pueblos conmemoran hasta las derrotas, nosotros no lo hacemos ni con nuestras grandes hazañas. Si además la Leyenda Negra falsifica la historia no nos puede extrañar que todo el mundo conozca la batalla de la armada invencible, pero pocos conocen la derrota de la armada británica que efectuó el mayor desembarco que registra la historia hasta la Segunda Guerra Mundial en Cartagena de Indias en 1741.
Actualmente Méjico es la principal economía de América Latina y el país que mantiene que los lazos más fuertes con España y su principal economía.
Enrique Gómez Gonzalvo 12/12/2020 Referencia 540