LA EPIDEMIA DEL CORONA VIRUS

               

 La gestión de la epidemia continúa siendo una mezcla de sectarismo y negligencia. Según la universidad de Cambridge la mejor  gestión de la pandemia ha sido la de Corea del Sur y la peor dentro del mundo civilizado,   la de España.

La OMS de la salud advirtió del peligro de pandemia el 31 de diciembre. El gobierno de Pedro Sánchez tardó en reaccionar y este retraso nos ha costado miles de vidas.

Luchar contra el Covid 19 era problema menor.  Después de sacar a Franco de la fosa, lo importante era la manifestación del 8 de marzo porque en ello “les iba la vida”.

Todo lo demás podía esperar. Simón había dicho  que no habría contagios en España, si acaso uno o dos, que la  sociedad española estaba perfectamente preparada para hacer frente a la pandemia y después resultó que no había mascarillas ni para el personal sanitario.

 El 27 de febrero Simón dijo que no haría  detecciones masivas  a  los profesionales expuestos al corona virus y entonces dejó de comportarse como médico y lo hizo como político.

 Unos días después  afirmó  que no había que llevar mascarilla porque eran contraproducentes. Más tarde supimos que nos mintió, que la realidad era que tampoco teníamos mascarillas.

El 5 de Marzo, cuando no había ningún Colapso sanitario ni estado de alarma,  el Gobierno dio una primera orden de dejar a los mayores contagiados en sus cuartos de las residencias.

 El 24 de marzo, en plena explosión del virus y con los hospitales desbordados, Sanidad dio otra orden: no dejar a los familiares rescatar a sus mayores encerrados y contagiados en las residencias. Madrid, la comunidad más próspera de España tardó en pasar de la fase 0 a la fase 1, hundiendo  la mitad  de los comercios de Madrid, porque era el criterio del comité de expertos y luego resultó que  era mentira, que no había comité de expertos, que los  “expertos” eran  Simón y el Ministro de Sanidad, un tal Illa que dice que él no se arrepiente de nada porque para eso ha nacido en Barcelona y estudiado Filosofía en una universidad catalana.

Intentaron solucionar la crisis en virtud  de como iban apareciendo los problemas, sin ningún tipo de estrategia. Es imposible conocer la cifra real de fallecidos porque muchos son incinerados sin que se les hayan hecho las pruebas diagnósticas. Tendremos que esperar a conocer el próximo censo de población.

Y  por si fuera poco, cuando el gobierno comenzó a actuar se dejó timar en dos ocasiones por el mismo proveedor y compró partidas de test falsos o simplemente inútiles.

Lo que si hacen bien es llevarse el dinero de la gente que trabaja.

Enrique Gómez Gonzalvo  31/10/2020 Referencia  546


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