
Durante la transición las fuerzas reformistas se impusieron a las fuerzas de la ruptura. El Movimiento Nacional, único partido durante la dictadura del General Franco, y los partidos comunista y socialista se pusieron de acuerdo en la reforma. En la ruptura y matando se quedó solamente ETA y los hijos del FRAP. Los partidos nacionalistas, aunque con mala cara, se unieron también a los reformistas.
Felipe González y José María Aznar continuaron con el consenso reformista. Llegó Zapatero y con él se inició la ruptura. Pensó que la transición había sido un error y deslegitimando a la derecha española y al bando nacional, negoció con los partidarios de la ruptura, ETA y separatistas. La primera medida fue la aprobación de una reforma del Estatuto Catalán claramente inconstitucional.
Tras el intervalo de Mariano Rajoy, Sánchez, en lugar de hacer la gran coalición de los dos grandes grupos reformistas, el socialdemócrata y el liberal conservador, siguiendo la política de Zapatero pactó con las fuerzas rupturistas de Podemos y con todo el separatismo en sus diversas versiones, Bildu, partido político que no ha condenado el asesinato de 800 españoles por parte de ETA y nacionalistas periféricos que acababan de dar un golpe de Estado en Cataluña.
Todos ellos identifican al PP con el franquismo porque Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular, partido del que surgió el PP, fue ministro con Franco. Consideran todo lo patriótico facha e identifican a España con el fascismo.
Les parece que lo progresista es el islam y lo reaccionario y carca el cristianismo, pero, al mismo tiempo, se declaran feministas. Olvidan que si el islam se hubiera asentado en el territorio de la Península ibérica, probablemente Europa terminaría en los Pirineos. Fuimos nosotros, los españoles, los que repelimos en una lucha que duró ocho siglos la invasión islámica para recuperar nuestra identidad. Gracias a eso hay libertad, democracia e igualdad entre hombres y mujeres.
Tras haber sacado a Franco de su fosa y haber celebrado la manifestación del 8 de marzo que infectó España, ahora van contra la Monarquía. No importa que las mayores y más criminales dictaduras del momento actual sean repúblicas y que democracias tan consolidadas como la sueca, la británica, la danesa, la holandesa o la belga sean monarquías parlamentarias. Su modelo de república se asemeja más al que rige en Venezuela que al de Estados Unidos. Pablo Iglesias, que se lleva muy bien con Redondo, el que asesora a Sánchez, ha dicho que España no será una democracia hasta que guillotinen a un rey.
Mientras tanto, somos el país de la Unión Europea con mayor caída del PIB, con 50.000 muertos por el coronavirus, el doble de lo que reconoce el gobierno. Sin embargo, son los más listos a la hora de llevarse el dinero público.
Enrique Gómez Gonzalvo 13/10/2020 (Referencia 568).