LA DÉCADA DE LOS 60

En 1960 España era un país autoritario, pero la economía se había abierto al mundo y, desde una posición de partida muy mala, se había abierto a la modernidad. El crecimiento del PIB de 1959 a 1973 fue del 7,73 % anual acumulativo, lo que se conoció como “milagro económico español”.

Veníamos de una guerra civil por la sublevación de unos militares que fueron empujados a la misma por la deriva revolucionaria de la República a causa de la bolchevización del PSOE. Franco y los militares sublevados no eran fascistas. No tenían un proyecto político como Hitler o Mussolini. Eran fundamentalmente anticomunistas.

A comienzos de la contienda media España estaba con unos y la otra media con los otros. A Franco le apoyaron el 50 % de los españoles y tras el gran salto económico de los años 60, posiblemente el 75 %.

Actualmente los españoles de derecha creen que fue una suerte que la guerra la ganara Franco y que así nos ahorramos un país comunista, satélite de la URRS. Otros, los de izquierda, creen que fue una pena que no triunfase la República, que el comunismo hubiera sido preferible al franquismo.

El crecimiento económico de la economía española en esa década produjo un cambio en la sociedad española con la aparición de una amplia clase media, con el acceso masivo a la enseñanza y en particular a la universidad y también una demanda de libertad, que la dictadura se veía incapaz de sujetar.

La primera manifestaciones  contra el régimen protagonizadas por los estudiantes se produjeron en 1956, pero eran de escasa importancia porque la sociedad estaba encantada con la salida del subdesarrollo. La mayoría de los manifestantes no eran comunistas, eran sencillamente antifranquistas que querían destape, libertad y follón. Los transeúntes no les aplaudían, les gritaban: ¡estudiantes a estudiar! Y les tiraban macetas desde os balcones. Al parecer, no querían ser salvador.

La única oposición estaba en el Partido Comunista y eran muy pocos. Labordeta decía que en toda provincia de Teruel, con casi 300 pueblos, solo había un comunista, el de la gasolinera de Santa Eulalia. Pero, aunque España tenía una vitalidad extraordinaria, los que llegaban a la vida política y social, tenían ganas de cambiar y querían un régimen democrático.

En 1968 aumentaron las manifestaciones estudiantiles contra la dictadura con el cierre de la Faculta de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid y la sanción fue la pérdida de matrícula para todo el mundo.

Tras el Concilio Vaticano II (1962-65) la policía secreta sostenía que el 70 % de los curas y el 19 % de los obispos eran hostiles al régimen.

    Enrique Gómez Gonzalvo 22/9/2020 Referencia  291


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