Durante la Edad Media existían estandartes, enseñas, divisas, pendones o emblemas diversos, pero no había un distintivo único que representara a Castilla. Desde 1506 con Flipe el Hermoso se fue imponiendo la Cruz de Borgoña. Se trata de una variante de la Cruz de San Andrés, en forma de aspa en la que fue crucificado el santo y los troncos estaban representados con los nudos en los lugares donde se cortaron las ramas. San Andrés era el patrón de Borgoña y Felipe el Hermoso el heredero del ducado por padre de madre.
La cruz de Borgoña, por ser de color blanco, se confundía fácilmente con las de otros barcos en alta mar, por lo que Carlos III convocó un concurso de banderas. De las 17 que se presentaron y que aún se conservan en el museo del ejército, eligió la rojigualda que posteriormente Isabel II la oficializaría en 1843 como bandera nacional.
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Desde entonces ha sido la bandera que ha representado España en el Antiguo Régimen, durante la Restauración, con la Dictadura de Primo de Rivera, con el General Franco y durante la transición. Solamente con la Segunda República fue sustituida por la bandera tricolor.
Decían algunos historiadores que el color morado fue introducido porque fue el que utilizaron los comuneros castellanos cuando se alzaron en rebelión contra Carlos I. La verdad es que lo copiaron del estandarte de los Reyes Católico, cuyos colores eran el blanco y el rojo, pero éste se había decolorado con el tiempo y Lerroux y compañía tomaron el color rojo por morado.
La bandera no gusta a los que no quieren España, a los independentistas, a Podemos y, en general, a la izquierda. Unos porque la asocian con España, cuya historia no les gusta porque dicen está llena de curas carcas y militares golpistas y otros porque la asocian con Franco, que para ellos es el demonio porque derrotó al comunismo internacional, a pesar de la ayuda de la Unión Soviética y de las Brigadas Internacionales. Ellos gritaban durante la guerra civil ¡Viva Rusia!, frente al ¡Arriba España! del bando nacional.
Aunque todo es ya historia y España salió hace más de 40 años de la dictadura, se pusieron en pie instituciones democráticas, se instauró la libertad de expresión, se liberalizó la economía, nuestra bandera ondea en misiones internacionales avaladas por la ONU. El odio a nuestra nacional continúa.
A las que contagiaron España en la manifestación del 8 de marzo, les gusta más el color morado de la Segunda República, que no fue votada por los españoles sino proclamada por la huida cobarde de un rey y que terminó en una guerra civil
Enrique Gómez Gonzalvo 14/9/2020 Referencia 295
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