Es verdad que históricamente la mujer además de sufrir discriminación laboral y de todo tipo, con frecuencia ha sido considerada inferior al hombre. Actualmente nadie discute, al menos en nuestra civilización occidental, la igualdad ante la ley y la igualdad de salario en el mismo trabajo.
Lo que no es verdad es lo que dicen las feminazis que no hay diferencias biológicas entre los sexos, que no existen hombres y mujeres, que si uno se siente hombre es hombre y si se siente mujer es mujer, que todo es opinable, que que más da.
Dicen también que la mujer es una construcción cultural. Que la heterosexualidad ha sido impuesta por los hombres, que si hubiera sido por las mujeres no habría existido y sólo lo han aceptado históricamente las mujeres por la violencia.
Añaden que la mujer es y ha sido a lo largo de la historia oprimida en todas sus vertientes de madre, esposa, amante, hija o hermana y que los hombres son malos por naturaleza desde el nacimiento.
Esto es la negación de la biología. Confunden el anhelado deseo de Occidente de que todos los seres humanos seamos iguales ante la ley, la igualdad de oportunidades y de salarios por un mismo trabajo con la igualdad biológica que no existe.
Hombres y mujeres somos radicalmente diferentes. El varón tiene dos cromosomas XY y la mujer XX. Incluso la naturaleza ha dispuesto que en el reino animal sea más importante la hembra, por eso en algunas especies en Amazonas el macho evolutivamente ha desaparecido.
El experimento que se ha repetido multitud de veces consistente en poner a disposición de niños y niñas juguetes de distinto tipo, coches de bomberos y muñecas, el sexo masculino elegía siempre los coches y el sexo femenino las muñecas, aunque fueran hijos únicos y no hubieran utilizado nunca estos juguetes, lo que eliminaba la influencia de los padres y de la educación.
Las diferencias son espectaculares en el cerebro y especialmente en las funciones que dependen de las hormonas sexuales, del hipotálamo y de la hipófisis. En el hombre las conexiones dentro de cada hemisferio son mayores, en la mujer lo son las que existen entre ambos hemisferios. ¿Vendrá de ahí la idea popular que las mujeres pueden hacer dos cosas a la vez?
Estas diferencias, que son enriquecedoras han traído la división del trabajo que está en todas las culturas, en todas las épocas y en todos los pueblos. ¿Habrá sido un error?
En el siglo XIX cuando comienza el feminismo con las mujeres ilustradas como Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, los hombres querían proteger a la mujer porque creían que no se podían valer por si mismas, pero las mujeres no querían protección, querían igualdad ante la ley porque no se consideraban inferiores sino iguales. Y a fe que lo han demostrado en cuanto se les ha abierto las puertas de las universidades y de las empresas.
Durante la Segunda República fueron los partidos de derecha los que les concedieron el voto. Los partidos de izquierda se oponían porque creían que votarían según les dijera el confesor o su marido y no les votarían a ellos. Ahora, los comunistas de Podemos, quieren volver a protegerlas porque las siguen considerando inferiores.
Enrique Gómez Gonzalvo 24/08/2020 Referencia 506