La clave del comunismo es que es una ideología contra la propiedad y esto hay que entenderlo como un hecho moral y no como un hecho económico pues el individuo es propietario de si mismo, de su trabajo y de su dinero.
Lenin y todos sus seguidores, para implantar el comunismo tanto en Rusia como en China y Cuba, tuvieron que empezar robando los medios de producción y de consumo a sus conciudadanos y un medio de producción era desde una vaca hasta la cosecha de un campo de arroz y como los campesinos no se dejaban arrebatar lo que era suyo los tenían que matar.
Esto, que debiera haber sido considerado una aberración, unos lo veían en Occidente como normal y otros no quisieron enterarse. Algunos pensaron que el matadero en que se había convertido Rusia era razonable, que la revolución era eso, pues si los revolucionarios no podían matar a los que quisieran simplemente con decir que iban contra la revolución, aquello ni era una revolución ni era nada. Ahora a aquello, los comunistas le llaman “errores en la construcción del socialismo”.
Hasta la caída del Muro de Berlín, había economistas en Occidente que decían que en la U.R.R.S. se vivía mejor y Julio Anguita, por ejemplo, se supone que era sincero, afirmaba que el sistema comunista era superior al sistema capitalista en la creación de riqueza.
Tras la caída del muro, todo cambió. Algunos activistas reconocieron que con el sistema capitalista se creaba más riqueza y como los obreros lo que querían era vivir mejor y ya no se les podía prometer la revolución, algunos comunistas se hicieron socialdemócratas y otros sindicalistas o sencillamente capitalistas.
Otros activistas continuaron pensando que el capitalismo y el liberalismo seguían siendo sistemas perniciosos, pero como el fracaso del socialismo era tan evidente buscaron un compromiso: aceptar el capitalismo porque produce riqueza, pero con el menor liberalismo posible y la mayor regulación del Estado.
Otros, como Pablo Iglesias piensan que si en Venezuela se había instalado el comunismo, por qué no en España y buscan nuevos caladeros de votos en todos los ismos, ecologismo, feminismo, animalismo, islamismo, nacionalismo, incluso en el cristianismo y en las minorías: okupas, delincuentes, homosexuales, transexuales, etc. Piensan que solo provocando la ruptura de España, tras la bancarrota, en lo quedara de ella tendrían alguna posibilidad de establecer un régimen semejante al de Maduro en Venezuela.
La tragedia está en en que, igual que ocurrió en la Guerra Civil, los socialistas piensan y actúan igual que los comunistas.
Enrique Gómez Gonzalvo, 26/07/2020 Referencia 307