La historia no es opinable porque los hechos históricos no son opinables. La democracia no la trajeron ni Felipe González ni Pablo Iglesias ni el padre de Pablo Iglesias. Ellos hubieran preferido el socialismo.
La democracia la trajeron los franquistas Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suárez del Movimiento Nacional, el partido único de la Dictadura, junto con el Rey Juan Carlos que era el sucesor de Franco a la jefatura del Estado a título de rey. Es cierto que contaron con la imprescindible colaboración del Partido Comunista de Santiago Carrillo, que no tenía nada que ver con el comunismo que representa Podemos y sin su ayuda todo hubiera sido más difícil.
Los acuerdos entre los falangistas y los comunistas fueron refrendados por el pueblo español con la aprobación de la Ley para la Reforma Política y la Constitución de 1978. Ello supuso el perdón mutuo y la reconciliación de las dos España Felipe Gonzales renunció al marxismo, a la lucha de clases y, para llegar al poder, convirtió al PSOE en un partido semejante a los socialdemócratas europeos.
Las primeras elecciones las ganó Adolfo Suárez y las siguientes, después de aprobada la Constitución, también. Finalmente, las terceras las ganó el Partido Socialista y es el que más tiempo ha estado en el poder desde la transición.
En estos años, la democracia ha tenido vaivenes, pero se ha mantenido a pesar de los etarras y de los separatistas. Todo cambió con Zapatero, Sánchez y Podemos. Zapatero llegó al poder en el año 2004 y con él volvió el rencor que no existía desde que se inició la transición hace 40 años.
El Pacto del Tinell del 2004 se basaba en que la derecha no tenía derecho a gobernar porque, según ellos, siempre ha sido, es y será franquista. Volvieron a dividir a los españoles en buenos y malos y obligar a los niños a elegir entre sus abuelos, pues durante la Guerra Civil, en todas las familias había miembros en los dos bandos.
Todas las naciones han tenido guerras civiles y en todas ha habido reconciliación. En España carlistas y liberales, Cabrera y Zumalacárregui lucharon ferozmente, pero vino el abrazo de Vergara porque ambos eran españoles. Napoleón, que en sus guerras murieron o quedaron inválidos un tercio de los jóvenes franceses, está enterrado en el centro de París, pero los franceses le respetan porque pertenece a la historia de Francia.
Pedro Sánchez, para que se viera que el espíritu de la transición se había terminado y que por fin habían ganado la guerra civil que perdieron, ha sacado el cadáver de Franco de su fosa en el Valle de los Caídos y ha formado un gobierno idéntico al del Frente Popular del 36, de socialistas, comunistas de Podemos y separatistas.
El Frente del Popular del 36 terminó en una guerra civil, en la que decenas de miles de personas, muchos simplemente por ser católicos, fueron asesinados. Solamente los curas, monjas y frailes se acercaron a 8.000. Tras la guerra que, afortunadamente perdieron, vino una dictadura que duró 40 años, pero al fin hubo reconciliación.
¿Qué vendrá ahora? ¿Derribarán la cruz del Valle de los Caídos? Volverá la quema de Iglesias que anunció Rita Maestro, cuando quitándose previamente la ropa interior, asaltó la capilla de la Complutense en la que había 50 personas comulgando, gritando ¡Arderéis como en el 36! y ¡La mejor iglesia es la que arde!
Enrique Gómez Gonzalvo 26/01/2019 Referencia 496