COMUNISMO, FASCISMO Y NAZISMO

 

 

2 Fascismo Los tres son primos hermanos porque comparten un tronco común,  el socialismo, es decir, el control total de la vida y hacienda del individuo por parte del Estado. Los tres odian por igual al capitalismo, al liberalismo y a la democracia occidental y los tres muestran  gran  hostilidad a la Iglesia Católica.

Para  Hitler y Lenin socialismo significa sacrificar la personalidad individual al todo.  No buscaban solo mandar sobre la gente, sino dominar su voluntad. Los dos eran regímenes policíacos y de partido único basados en la manipulación de las masas.

La guerra entre nazis y comunistas  se debió, a pesar de sus semejanzas y de que se repartieron  Polonia, a que el diseño estratégico  de Hitler consistía en expandirse por Rusia y el de Stalin extender  el comunismo por el mundo.

Stalin e Hitler tenían  gran parecido en muchos aspectos. Además de la baja estatura: infancias difíciles en los  márgenes de la pobreza.  Padres autoritarios y violentos, el de Hitler mujeriego  y el  de Stalin alcohólico. Juventudes complejas con exclusión social.  Escasa formación intelectual. Sus amantes o esposas se suicidaron. Los dos fueron  considerados mediocres  por sus superiores directos cuando ya estaban tocando el poder.

Hitler dijo: Nosotros estamos decididos a destruir este sistema a toda costa. El estado burgués ha llegado a su fin. El futuro es la dictadura de la idea socialista del Estado.  Lo primero es establecer la raza, pero después hay que acabar con la propiedad. Las personas no nacen socialistas, hay que enseñarles cómo hacerse.

Hitler  tenía una visión nacionalista basada en la lucha de razas. Stalin  una perspectiva internacionalista sustentada en la lucha de clases, pero ambos   tenían  en común  la voluntad de crear un mundo nuevo, como un paraíso utópico en el que la voluntad individual  quedara ahogada por el bien común. Para ello sería  necesario derribar el capitalismo y todas  las instituciones existentes, aunque fuera necesario  matar.

Entre ellos existió una fascinación  mutua. Hitler en sus últimas horas dijo: yo he cometido un error que no cometió Stalin, no haber juzgado a mis generales. De forma análoga  Mussolini admiraba a Lenin y éste dijo que solo había un hombre que podía desencadenar una revolución en Italia y que se llamaba Benito Mussolini. Y es que, aunque íntimamente se odiaban, entre ellos  se reconocían  una cierta igualdad.

Los tres despreciaban a Roosevelt y a Churchill. Ellos no entendían  un líder democrático.

La resistencia de  los descendientes de Stalin a reconocer estas similitudes   obedece a que todavía  sigue vivo el prejuicio favorable al comunismo que ha impedido tener conciencia de sus crímenes. En cambio, se sigue considerando  al nazismo  como agentes del capitalismo  sin la menor prueba

Sí que hay una diferencia. Hitler mató sólo a los que consideraban enemigos, raciales y políticos.  Stalin mató  sobre todo a los rusos y a sus propios camaradas, incluyendo  al 80 % de los miembros de la dirección del partido tras ser declarados contra revolucionarios.

Lo fundamental es que los comunistas comenzaron a matar antes que los nazis y   siguen matando hoy, medio siglo después de que desapareciera el nazismo.

Enrique Gómez Gonzalvo,  02/10/2019 Referencia 232

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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