A los niños de mi generación nos enseñaron que la Península Ibérica fue poblada por los iberos que vinieron de África y los celtas que llegaron de Europa. El estudio del ADN de las poblaciones de Europa y de España demuestra que esto no fue exactamente así.
Los iberos no vinieron de ninguna parte. Eran los descendientes de aquellos cazadores recolectores que llegaron a Europa desde Oriente Medio hace 45.000 años y a España unos 5.000 años más tarde. Por estar aposentados en Iberia, la tierra del río Iber (Ebro) los historiadores les dieron el nombre de iberos.
En época prehistórica, casi todas inmigraciones procedieron de Europa. El estrecho de Gibraltar nunca fue cruzado por una población importante procedente del continente africano. Es cierto que hace 12-10.000 años el Sáhara se convirtió en desierto y parte de sus habitantes, llamados humitas o canitas se trasladaron a la Península Ibérica, a Canarias y a Cerdeña. Dada la semejanza genética que existe con nuestros vecinos europeos, los que vinieron no debieron ser muy numerosos. Incluso la aportación genética de los habitantes del norte de África es mucho más notoria en Grecia, Serbia, Albania y sobre todo en el Sur de Italia, que en España.
Durante el primer milenio antes de Cristo llegaron los celtas que se establecieron en su mayor parte al norte del río Duero y en el valle del Ebro, mezclándose con los íberos pasando a llamarse celtíberos. La composición genética de los pobladores de la Península Ibérica, desde entonces es muy similar a la actual.
Posteriormente han pasado muchos pueblos por nuestra península, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos y árabes, pero la huella genética que han dejado ha sido escasa. Su aportación ha sido más fuerte a nivel cultural que genético. Eso se debe a razones diversas, entre otras, que estas poblaciones invasoras nunca fueron relevantes numéricamente respecto del resto de la población, y además no se mezclaron con la población autóctona. Hay que exceptuar a los visigodos, que fueron unos 200.00 para una población de 6 millones de habitantes.
Los griegos y los fenicios se dedicaron a construir colonias costeras para el comercio sin penetrar en el interior de la Península.
En cuanto a la colonización romana y la invasión árabe en el siglo VIII, es cierto que los primeros permanecieron durante 600 años y los segundos 800, pero los nuevos visitantes eran la clase dominante que no se mezcló con la población autóctona. En el caso de los árabes, lo confirme el hecho del poco parecido que tenemos con los magrebíes, que tanto abundan en nuestras calles, y el que los andaluces no son más morenos que el resto de los españoles.
Sin embargo, ha sido importante la aportación genética de pueblos europeos en épocas más recientes, sobre todo la repoblación de los territorios tomados a los árabes a medida que avanzaba la Reconquista, por francos sobre todo (así se llamaba en aquella época a los franceses) y la influencia del Camino de Santiago. Menor importancia tuvo la repoblación de Sierra Morena por alemanes, en la época de Carlos III.
Toda España es muy homogénea, debido a que hubo dos grandes movimientos de población. La invasión musulmana de los almohades hizo que 500.000 cristianos se desplazaron a los reinos cristianos del norte y al terminar la Reconquista, el Sur de nuestra península fue repoblada por cristianos del norte. Las regiones que más se apartan genéticamente son Extremadura, seguida de la Región Valenciana y el País vasco.
También España, es muy similar al resto de Europa. La realidad es que la población de todo el continente europeo es muy homogénea y entre los países que más se desvían no está España a pesar de estar en el extremo occidental y de nuestra proximidad a África, sino Finlandia por su proximidad a Siberia e Italia por la barrera infranqueable que los Alpes representaron durante varios milenios.
Genéticamente estamos más relacionados con los pueblos de la Europa occidental (Irlanda, Gales y Bretaña francesa) que con los pueblos mediterráneos. Hay quien sugiere que se debe a que las poblaciones primigenias del norte de la Península Ibérica y del sur de Francia colonizaron el resto de Europa Occidental al final de las últimas glaciaciones.
Tras el paso de diversos pueblos por nuestras tierras, el 24 % de nuestros genes son iberos, el 24 % celtas, el 0,8 % griego, el 0,8 %púnico, el 2% romano, el 34 % godo, el 10 % de los repobladores europeos, el 3 % judío, el 1 % árabe y bereber el 0,4 %.
Enrique Gómez Gonzalvo, 09/06/2019 Referencia 142