La idea del bien y del mal es un concepto metafísico. Ante el mal la izquierda habla de pobreza, de responsabilidad, de la sociedad, de traumas psicológicos e incluso de locura. Las cosas no son tan sencillas. Simplemente hay personas que hacen el bien porque son buenas y personas que hacen el mal porque son malas. Y las personas que son muy buenas, son las que luchan contra el mal.
El prototipo de persona mala, el malo por antonomasia es el psicópata. Es ese individuo narcisista, cruel, sin remordimiento, carente de empatía, mentiroso, manipulador, antisocial, impulsivo, irresponsable.
La gente cree que son enfermos y que la maldad es una enfermedad, quizá porque la palabra psicópata induce a confusión. Psicopatía etimológicamente significa enfermedad de la mente (psico, mente y patía enfermedad) por lo que se piensa que tienen que ser tratados por el psiquiatra.
No tienen tratamiento porque no es enfermedad y la reinserción tampoco da resultado. El mal es otra cosa. Es un trastorno de carácter moral. Ser malo es una forma de ser. Son responsables de sus actos y eligen libremente hacer el mal. Carecen de empatía, que es la incapacidad de sentir algo por los seres humanos.
Como tampoco la reinserción da resultado, los que practican el mal, los que cometen delitos, no hay más remedio que mandarlos a la cárcel, no como venganza, sino para que no hagan daño a nadie.
A veces esconden la maldad tras una ideología. Es el caso de los animalistas, que prefieren la muerte del toro a la del torero o el de los filo etarras que prefieren que muera el guardia civil al terrorista.
En el caso de la izquierda y los nacionalistas, los primeros se creen mejores y los segundos superiores. La izquierda, se cree dotada de una superioridad moral. Como Carmen Montón, la Ministra socialista de Sanidad de Pedro Sánchez, que, antes de dimitir por corrupción, dijo que ellos no eran como los demás. No son como los demás, son peores.
En cuanto a los supremacistas catalanes, se consideran diferentes, pero mejores, pues nadie dice que es diferente para ser inferior.
La maldad de algunos líderes comunistas y socialistas, se basa en su ideología, cuyo principio básico es que “la lucha de clases es el motor de la historia”. Para construir la sociedad comunista prometida se debe practicar sin cesar la lucha de clases. La Pasionaria decía en sus mítines ¡hay que luchar, luchar y luchar!
Y lucharon y mataron. Hasta 100 millones de muertos en los 100 años de comunismo.
Lo peor de la violencia revolucionaria, es que los crímenes están justificados porque el objetivo es bueno: la igualdad entre los hombres, el paraíso comunista. Y lo han que construido es lo más parecido al infierno.
La violencia, según esa ideología, es inevitable porque para suprimir la propiedad privada es necesario quitar a los capitalistas todo lo que tienen y capitalista en Rusia o en China, es el que tenía una vaca o un campo de arroz. Y para quitarla la vaca o la cosecha de arroz era necesario imponer el terror. Lo dijo Trosky: “A la gente sólo se le puede controlar con el miedo. El miedo está en los cimientos de cualquier orden».
Si los comunistas Iglesias y Errejón y los socialistas Sánchez y Zapatero tuvieran un mínimo de calidad moral, viendo lo que esta pasando en Venezuela, irían a Caracas a convencer a Maduro para que cesara la catástrofe humanitaria.
No hay es esperanza de que esto ocurra porque son malos.
Enrique Gómez Gonzalvo 18/04/2019 Referencia 425
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